La mesa de reconstrucción: lo correcto

Hemos sido golpeados. Todos. Como en el resto del mundo, Lleida ha tenido que afrontar una pandemia que ha puesto a prueba, no solo la capacidad de nuestro sistema sanitario, sino la de nuestras propias familias. Nuestro primer recuerdo tiene que ir, precisamente, para todas aquellas personas que han fallecido a causa del coronavirus. A ellos y a todos sus seres queridos, que los han tenido que llorar antes de tiempo, en condiciones muy difíciles y sin siquiera poderlos despedir como merecían.

Nuestro segundo recuerdo es para aquellas personas que han tenido que dejar de trabajar a causa de esta situación. Sobre todo, para aquellos que se han quedado sin trabajo de forma permanente. Para ellos y para aquellos que han tenido que prescindir de sus servicios. Mantener un negocio ahora mismo es una tarea titánica, pero más necesaria que nunca, porque de nuestros comercios, de nuestros autónomos y de nuestras empresas depende que esta ciudad siga teniendo un futuro. Nuestro tercer recuerdo es para todas las personas y entidades que han hecho posible que Lleida siguiera funcionando cuando nos obligaban a parar. Al personal sanitario, al de limpieza, al de las tiendas de alimentación. A las cajeras. A los reponedores de supermercado. A los transportistas. A los agricultores y sus trabajadores. A los policías, a los funcionarios y al resto de servidores públicos. A quienes han teletrabajado. A los voluntarios que han facilitado la vida de quienes lo tenían más difícil. Y a aquellos que, con su confinamiento, han evitado que el sistema colapsara. Por todos ellos –por todos vosotros– estamos hoy aquí. Lleida ha sufrido un duro golpe. No solamente en lo sanitario y en lo económico. También en la moral, con unas medidas que el tiempo juzgará si han sido o no desproporcionadas e injustas. Pero que es innegable que nos han dejado en una situación muy delicada. Una situación que dista mucho de haber terminado. Esta enfermedad nos ha cambiado la vida, y es momento de empezar a afrontarlo. Si estamos pidiendo a nuestros vecinos que cambien sus hábitos, sus relaciones, sus sueños, nosotros, como políticos, también debemos empezar a cambiar. Debemos entender que esta crisis no va de partidos o de ideología. Va de nuestro futuro como vecinos de Lleida, y de nuestras prioridades como ciudad. Y por ello, desde Ciudadanos propusimos crear una mesa de reconstrucción de la ciudad que englobara a todos los sectores de nuestro municipio. Todos. El mundo empresarial, el académico, las entidades, los partidos políticos, los empleados públicos… Todos deben tener cabida, porque entre todos tenemos que encontrar las soluciones que hagan de Lleida una ciudad preparada para el futuro inmediato y el que tiene que venir. Celebramos que el resto de grupos también hayan hecho suya nuestra propuesta. Con sus aportaciones, ahora es de todos. Porque no es momento de individualismos, sino de trabajo colectivo. No es momento de buscar el beneficio propio, sino de hacer lo correcto. Aunque lo correcto sea difícil. Pero precisamente porque es difícil necesitamos a los mejores para salir de este bache y los que pueden aparecer en el futuro. Solamente trabajando juntos, codo con codo con expertos de todos los ámbitos, podre

mos encontrar soluciones a ese porvenir incierto.