LIDERATGE
Agilidad y resiliencia en organizaciones: Líderes de la nueva realidad
Estos son los dos atributos más deseados de cualquier organización en los tiempos de incertidumbre que nos ha tocado vivir: la agilidad y la resiliencia, pasión y adaptabilidad de aceleración en la toma de decisiones de riesgo.
Y para ello es fundamental contar con ese tipo de líderes que puedan compaginar ambas habilidades e inocularlas en sus equipos. Para ello, estos líderes deben innovar constantemente soluciones atrevidas y diferentes formas de hacer y gestionar las cosas que hasta ahora nos han llevado al éxito y que ahora han quedado obsoletos como modelos lentos y alejados de esta realidad cambiante. En innovación hablamos del PMV (producto o servicio mínimo viable) y también la SMV (solución mínima viable) enfocados a soluciones creativas piloto, acotadas, asumiendo riesgos calculados a pequeña escala en este “portotipaje”, en este entorno en constante cambio. No se espera a tener la solución perfecta, lo que se suele hacer es trabajar con el SMV que nos permita acumular información del problema en el entorno actual y visualizar cambios en el entorno para el desarrollo de la solución sostenible del futuro. La realidad actual que nos ha tocado vivir hace que posiblemente nos encontramos en un proceso en el que nuestra adaptación sea permanente en el tiempo. Ya no podemos confiar en las soluciones y métodos pasados. Necesitamos entender que estamos en un entorno enormemente cambiante y lleno de incertidumbres, y que nuestra capacidad de adaptación y la aceleración que imprimamos en este cambio, para adaptarse a esta nueva realidad, será proporcional a nuestra capacidad de supervivencia como empresa o proyecto.
El líder del pasado que contratamos ya no nos sirve si no es capaz de adaptarse y tener estas cuatro habilidades que más tarde comentaré. Hoy más que nunca este líder se queda inmóvil y perplejo, ya que no sabe cómo reaccionar a esta nueva distorsión y retrasará fantásticas oportunidades. Pero hay cuatro habilidades clave en este nuevo tipo de líder que nos pueden ayudar, y que integrarlas en el ADN de nuestra organización puede hacer más llano esta “travesía en el desierto” hasta 2022.
La primera habilidad de liderazgo es el coraje, que se define como la determinación para enfrentarse a situaciones arriesgadas o difíciles. Como decía la escritora Emma Donoghue, “el miedo es lo que estás sintiendo, pero el coraje es lo que estás haciendo”. La segunda habilidad es la resiliencia, entendiéndola como la capacidad de afrontar y adaptarse positivamente a las situaciones adversas en el menor tiempo posible, con cambios conductuales en nuestro comportamiento como individuos y como empresa o sociedad. La tercera habilidad directiva es la pasión colectiva, la capacidad de influir en las personas y equipos para poder alinear talentos en la dirección adecuada al cambio constante en esta realidad incierta, creando un espíritu de compromiso y confianza en “aguas turbulentas”.
Y la cuarta habilidad directiva es la adaptabilidad y aceleración en la toma de decisiones de riesgo, en contra de cualquier manual de dirección del pasado, porque requiere tomar decisiones basadas en casi ningún dato y asumir una cuota de riesgo que pocos directivos pueden asumir para ajustarse al cambio rápido y anguloso de la nueva realidad. Los líderes con capacidad para un riesgo calculado serán demandados en esta nueva realidad. Líderes de cambiar el status-quo de los modelos de éxito pasado, que han caducado en esta nueva realidad.