Todos somos líderes

Si estuvieran en una isla desierta, perdidos, ¿a quién seguirían? ¿A un experto en finanzas o en supervivencia? Si un equipo debe elaborar un proyecto para construir un puente, ¿quiénes deben formar parte de él? ¿Astronautas o ingenieros? Si quieren correr una maratón, ¿a quién elegirán para que les entrene?

De enero a julio el número de personas sin empleo registradas en las oficinas del SEPE creció en 519.181. Si comparamos julio de 2019 con julio de 2020, se disparó en 761.601, un 25,29% más en el mismo período, su mayor repunte en cualquier mes de toda la serie histórica, por la crisis del coronavirus.

Empresas como Seat, Globalia, Nissan, Burger King o Adolfo Domínguez presentaron ERTE para resistir los efectos de la crisis. A finales de mayo 4,4 millones de autónomos habían cesado temporalmente en España. Las previsiones del Banco de España no son muy alentadoras: contracción muy acusada del PIB en 2020, seguida de un repunte sustancial en 2021, que solo permitiría retornar a niveles de actividad próximos a los previos a la crisis hacia finales de 2022 y un aumento notable y persistente de la deuda y del déficit público, así como de la tasa de paro. En todo caso, se mantiene una elevada incertidumbre, pues se desconoce la evolución de la pandemia y el ritmo al que la actividad recupere una cierta normalidad, el daño que pueda haberse producido en el tejido productivo y el potencial de crecimiento, así como la evolución de los mercados y sus posibles implicaciones para las condiciones de financiación de hogares y empresas.

Estamos frente a un escenario hostil para empresas y empleados, que requiere medidas fiscales, financieras y laborales que ayuden a relanzar la economía, pero no son suficientes. ¿Líderes empresariales, a quien van a seguir ahora? Necesitamos gestionar el caos, la incertidumbre, el cambio constante… Y agudizar el ingenio, ser más visionarios que nunca y rodearnos de personas emprendedoras, creativas, con cintura, iniciativa, talento, tenacidad, capacidad de trabajo, inteligencia emocional, orientación al mercado y al cliente, etc. Pero no una sola persona con todas esas competencias, sino un equipo ganador, que se complemente, comparta visión y junto al líder la desarrollen.

Meredith Belbin es doctor investigador y consultor, profesor visitante y miembro honorario del Henley Management College en Oxfordshire, Inglaterra. Él y su equipo descubrieron que cada uno de los comportamientos de un equipo era esencial para conseguir el éxito de principio a fin. La clave era el equilibrio. Por ejemplo, Belbin descubrió que un equipo sin cerebros tenía muchas dificultades para dar con la chispa inicial de una idea con la que comenzar a trabajar. Sin embargo, si había demasiados cerebros en un equipo, las ideas malas ocultaban las buenas y se dejaba demasiado espacio al debate improductivo.

Belbin creó lo que se conoce como la Teoría de Roles del Equipo. En ella se definen nueve roles que se pueden agrupar en tres ámbitos claros: las personas orientadas hacia el desempeño (roles de acción), hacia el mundo de las ideas (roles mentales) o hacia las relaciones con las personas (roles sociales).

Esta teoría se basa en ubicar a cada persona en la tarea, situación, fase o lugar donde pueda aplicar con éxito su talento, aportando valor y contribuyendo positivamente a la consecución de los objetivos del equipo. De esta manera todos son líderes en su momento, indispensables para el éxito e importantes en nuestra organización y mucho más en el momento actual.