Trabajo bien hecho

Llevamos, Juan, unos días de despedidas a plazos después de 38 años de compartir codo con codo cada problema, cada disgusto, cada alegría y, con las emociones revueltas, me vienen a la cabeza aquellas reuniones nocturnas en tu piso después de cenar con la persiana bajada en el Peret en las que pretendíamos arreglar el mundo y sobre todo los problemas del recién nacido SE GRE. Además de agotar la paciencia de tu mujer, María José, y tus reservas de grappa y orujo, aquellas noches soñábamos con el futuro y, pese a que no había ni capital, ni empresa, más allá de la ilusión de cuatro periodistas sin experiencia, dibujamos un diario independiente, gestionado por los propios trabajadores, progresista en lo social, que defendiera la identidad catalana y los intereses de Lleida y en el que pudiera sentirse representada y cómoda toda la sociedad leridana. Treinta y ocho años y casi 14.000 ediciones después, podemos decir con legítimo orgullo que lo real se parece mucho a lo soñado. Ciertamente, el arranque fue a trompicones y con cambios de timonel y episodios tan grotescos como aquella junta general de accionistas en la que el consejero delegado votó contra las cuentas que él mismo presentaba. Pero pronto, en el 86, se añadió Robert, que aportó lo que faltaba en el proyecto: visión empresarial, solidez financiera, ambición comercial y, sobre todo, gestión eficaz, y nosotros pudimos olvidarnos de si había papel para la edición del día siguiente y centrarnos en lo que realmente nos gusta, el periodismo. Y trabajamos mucho, también tuvimos la suerte que se necesita en todo, pero el proyecto cuajó y se consolidó, pese a los agoreros que se cansaron de pronosticar el cierre. Y desde el primer momento tuvimos claro que hacía falta una redacción potente, profesional, rigurosa, que buscara y contrastara noticias y no se conformara con el comunicado o la versión oficial, y podemos estar orgullosos de que quien ha querido ha aprendido en SE GRE, que han pasado muchos grandes periodistas por nuestra redacción, pero, como has dicho en otras ocasiones, los buenos son los que se quedan. Tenemos la ventaja de que la simiente está echada y, aunque iremos pasando muchos, la esencia y el espíritu se mantendrán como reflejan las fotos que tengo en el despacho con los sucesivos presidentes de la Generalitat acompañándonos a ti, a Robert y a mí. Con la de Torra no nos dio tiempo, pero nos la hicimos en el Palau de la Generalitat en la entrega del Premi Nacional de Comunicació. Porque han ido pasando presidents, y alcaldes y consellers y cargos de todo tipo, pero los que siguen en la foto son los representantes del diario. Y además de un diario, también hemos hecho empresa, apostando por proyectos en Andorra o en Tarragona, impulsando el reto audiovisual, creyendo en las nuevas tecnologías para la edición en catalán o para el diario digital, y aquí me saco el sombrero por tu capacidad de adaptación, lo que ahora llaman reinventarse, porque has sido capaz de sumergirte en el mundo de la televisión o el de las páginas web y convertirte en un experto en cuestión de días presentando proyectos o modelos que se han demostrado exitosos. Ahora, también apuestas por la reinvención y estoy seguro de que la literatura tampoco se te resistirá y que serás feliz haciendo realidad el viejo mito del que tanto hemos hablado, del periodista que se refugia en una cabaña, o en el Pirineo, para dedicarse a la literatura. Tú ya lo has conseguido y ya te envidio porque me toca esperar.

Te echaremos de menos porque siempre hemos valorado tu consejo, tu opinión ponderada y hasta en las discrepancias. ¿Quién no las tiene en 38 años? Hemos mantenido el aprecio mutuo y hemos coincidido en las cuestiones esenciales. Puedes estar orgulloso porque te vas con la misión cumplida, con el sueño de aquel diario hecho realidad, con la satisfacción del trabajo bien hecho y sobre todo con la conciencia tranquila. Que te vaya muy bien y aquí nos seguirás teniendo, en SE GRE, continuando tu trabajo.