COLABORACIÓN
Apretarse el cinturón
Apretarse el cinturón. Es a lo que nos condena este tripartito despilfarrador una vez más. Por segundo año consecutivo, ha estirado más el brazo que la manga y ahora ha tenido que aprobar un nuevo plan de saneamiento para asegurarse que llegamos a final de año sin gastar de más. Hay que hacer recortes, vamos.
¿Y cuál es la primera medida? Subir impuestos, claro. Todos los tributos por tercera vez. IBI, basuras, vehículos, zona azul, terrazas, gastos funerarios... Todos. Ah, y las multas, que en principio no deberían tener afán recaudatorio, sino corrector de actitudes incívicas. Hasta ahora. Ahora, si les ponen una multa, será para colaborar con el saneamiento de las arcas municipales. Todo esto en un contexto de crisis económica.
¿Y en recorte de los gastos? ¿Vemos algún ahorro en gastos superfluos? Pues no. Lo primero que va a hacer el tripartito ruinoso es ponerse bordes con la cobertura de personal vacante.
Si alguien se jubila, van a poner todas las trabas posibles para que esa plaza no se cubra inmediatamente. No vaya a ser que los ciudadanos, a quienes están subiendo los impuestos año tras año, tengan los servicios eficientes que merecen.
No, en lugar de eso, mejor exprimir un poco más la plantilla que tenemos. También dicen que van a “contener los gastos corrientes en contratación”.
En otras palabras: si se necesita cambiar un ordenador, si se necesita reparar un vehículo, si se necesitan nuevos EPI, toca esperar para ver si eso es imprescindible. Lo curioso es que de las contrataciones a dedo no dicen nada.
De gastarse más de 94.000 € en promoción y renovación de la web de la concejalía de participación y lucha contra la corrupción no sale nada. Tampoco hablan de sus contratos de propaganda, de los que parece que no van a recortar ni un céntimo.
Otro dato curioso: en 2021 van a reducir la inversión al mínimo imprescindible. Prácticamente a 0 si pueden. Pero la van a aumentar en 2022 y 2023. Según el tripartito pródigo, para optar a los fondos Next Generation. No tiene nada que ver que sea año electoral. Seguro que no van a estar el año previo a las elecciones inaugurando pantanos mientras que en este no hacen nada. Bueno, nada no: subir impuestos, recortar en personal y pedir préstamos por importe de 10 millones para cubrir gastos corrientes. Vamos, que pague quien venga detrás de este gobierno-cigarra. Pan para hoy y hambre para mañana. Hambre llena de inauguraciones, pero hambre, al fin y al cabo.
Porque no prevén ni vender solares, ni dar salida a proyectos como Torre Salses, Pla de l’Estació, ni a ningún otro, por lo visto. Lo dicho: sus únicos ingresos son los bolsillos de los vecinos de Lleida.
Pero reitero: ¿todo esto, por qué? Pues porque este tripartito es un derrochador. Porque no es un gobierno, sino un grupito de 14 intereses donde cada uno mira por su lado. Porque cada uno tiene que vender lo buenos que son sus caprichos. Son niños jugando con dinero público, y eso lo pagamos los vecinos, los trabajadores del ayuntamiento y el futuro de esta ciudad.
Así nos va con este tripartito, que nos va apretando agujero, tras agujero del cinturón hasta quedarnos sin respiración. O sin cinturón, porque nos están hipotecando hasta límites inaguantables.
Metáforas aparte, con estas propuestas y con la que está cayendo, yo me pregunto si el alcalde y la responsable de economía pueden dormir por las noches.