COLABORACIÓN
Un ayuntamiento mejor es posible
Dos años después que el tripartito se aupara hasta el gobierno municipal, los ilerdenses sabemos perfectamente lo que pueden esperar de su caótica gestión, falta de liderazgo y su inexistente proyecto de ciudad.
Las desavenencias, los enfrentamientos y la discordia entre los miembros del equipo de Gobierno no van a cambiar y, en todo caso, van a ir a peor según se acerquen las elecciones. Es incomprensible que dos años después de su llegada al ayuntamiento, el debate municipal se centre solo en la continuidad o no del gobierno, su estabilidad; en vez de debatir sobre los problemas de la ciudad y las soluciones de los mismos.
Una situación que no beneficia a Lleida y que, en parte, explica la sorprendente parálisis del ayuntamiento y su falta de ambición. Hoy, el consistorio está dirigido por un Gobierno agotado, por su falta de cohesión interna y por sus continuas improvisaciones.
Frente a esta realidad, hace ya dos años que lidero un proyecto ambicioso, sensato, real y con “seny lleidatà” de oposición rigurosa y constructiva: el de la #LleidaImplicada. Y así lo hemos hecho desde entonces, con humildad, responsabilidad y esfuerzo. Muchas veces baldío, ya que el Gobierno se ha especializado este tiempo en burlar las mociones aprobadas por la mayoría del pleno y hacer oídos sordos a nuestras propuestas.
Los próximos dos años vamos a seguir en esa línea. Recorriendo los barrios y escuchando a los ilerdenses.
Haciendo propuestas y denunciando la dejadez e inseguridad que se ha instalado en nuestras calles, los comportamientos incívicos, las okupaciones de viviendas. Apostamos por la recuperación y promoción económica de Lleida, por recuperar el Centro Histórico y la Mariola.
Defendemos un modelo descentralizado de los servicios sociales y, para ello, es necesario convocar Taules d’Allotjament, Contractació i Social, que hace más de un año que no se reúnen. Simultáneamente, defendemos la escucha activa con los vecinos y entidades para que, de forma transversal, participemos sobre el modelo de la ciudad que queremos, sin imposiciones, como está pasando con los vecinos de Pardinyes, a los que se ningunea, desprecia y a los que no abandonaré a su suerte.
Queremos seguir tomando el pulso de la ciudad, defendiendo a los ilerdenses cuando se atropellen sus intereses, como cuando se permite empadronar a los okupas o instalarles contadores de agua gratuitos: muchas comunidades de vecinos saben a qué me refiero porque han roto su paz y convivencia. Al final, es fácil pensar que en Lleida se trata a los ciudadanos por categorías: parece que tienen más derechos quienes se aprovechan del sistema que quienes pagan impuestos y quieren vivir en paz y libertad.
Durante estos dos años, he defendido y seguiré defendiendo una batería de propuestas dirigidas a mejorar la calidad de vida de los ilerdenses. Así, planteé, entre otras ideas, la necesidad de aplicar una reducción de impuestos a los contribuyentes; dar un giro de 180 grados a la política en materia de seguridad (no existe libertad sin seguridad), así como proponer mejoras urbanísticas en todos los barrios y L’Horta.
Nuestro modelo alternativo se basa en la lealtad a los ilerdenses y en nuestra vocación municipalista, para transformar, en positivo, para siempre, nuestra ciudad. Un ayuntamiento y una Lleida mejor son posibles. Estamos preparados para el reto y lo vamos a demostrar.