Peaky Blinders, un clásico contemporáneo

Peaky Blinders juega su mayor baza en ser la producción de una cadena que tiene como norma la perfección, aunque con la historia de estos gángsters gitanos de origen irlandés, la BBC ha roto moldes al alejarse de las mansiones y de los dramas de familias aristocráticas para meterse en tugurios, en húmedas calles, en edificios ennegrecidos por el carbón en una Inglaterra posterior a la Gran Guerra que dejó psíquicamente rotos a exsoldados, convertidos en delincuentes.

El guion recoge la historia real de los peaky blinders, maleantes de bajos fondos que cosían cuchillas en sus gorras, y edifica un pequeño imperio familiar en Birmingham erigiendo su poder en las apuestas hípicas y en la violencia ante otros clanes, detectives de policía o mafiosos italianos llegados del otro lado del Atlántico para ajustar cuentas. Peaky Blinders tiene en Tommy Shelby –magistral el actor irlandés Cillian Murphy– su máximo exponente de hombre de códigos personales junto a sus hermanos, destacando el feroz y paranoico Arthur Shelby.

Visualmente impresionante y con una banda sonora que incluye a Nick Cave and The Bad Seeds, The White Stripes, David Bowie o PJ Harvey, la serie es ya un clásico contemporáneo pese a que la pandemia y el fallecimiento de la actriz Helen MacCrory paralizaron el rodaje de la sexta y última temporada, cuyo estreno se prevé para principios del 2022.

En definitiva, una joya que incluye la canción de Navidad In the Bleak Midwinter, de la escritora victoriana Christina Rossetti, tan dolorosa y triste como el alma de los peaky blinders: “En el medio del invierno sombrío / el viento glacial gemía, / la tierra estaba dura como el hierro, / el agua como la piedra; / la nieve había caído, nieve sobre nieve, / en el medio del invierno sombrío / hace mucho tiempo”..