COLABORACIÓN
Espacios prohibidos
Se nota que ha empezado el verano antes de tiempo y no solo por el incremento de las temperaturas en Lleida, sino también por el aumento del número de personas que disfrutan de las plazas, los espacios públicos y las zonas verdes de la ciudad. Tener una plaza o un pequeño parque en el barrio es ideal, y si cuenta con buenas sombras para refugiarse del calor o una fuente de agua, es ya todo un lujo. Pero ni en las plazas ni en los parques es todo ideal.
Coincidiendo con el buen tiempo, plazas, jardines y espacios públicos acogen conciertos y eventos en los que la falta de conciencia cívica puede apreciarse en el trato de los residuos que se generan, y también en los decibelios empleados, lo que supone un quebranto en el sueño de los moradores de las viviendas más cercanas. El equilibrio que debe presidir entre el derecho al descanso y el derecho a la fiesta se trunca cuando todo se concentra en los mismos espacios y zonas de la ciudad. Es lo que ha sucedido en la pasada fiesta mayor de Lleida.
Pero los días de fiestas mayores y eventos señalados pasan, y la ciudad recupera su normalidad, recupera los espacios para todos: para los mayores, para los más pequeños, para los jóvenes, para las mascotas y sus dueños y para los que buscan y encuentran en las plazas y zonas verdes un refugio donde disfrutar de su tiempo libre y de ocio. Las plazas y los parques infantiles son espacios lúdicos y de juego. De diversión y socialización de pequeños y jóvenes, donde padres y abuelos pueden disfrutar en familia.
De todos los parques infantiles y plazas que hay en Lleida, sorprende que en más de un centenar esté prohibido jugar a la pelota. Y esta pasada semana se ha añadido uno más a la lista, la plaza dels Drets Humans en la Bordeta, que se ha convertido en un espacio prohibido para practicar con la pelota. La indignación en las redes y entre los vecinos del barrio no se ha hecho esperar.
Porque todos hemos sido niños y todos hemos jugado a la pelota. Y lo hemos hecho sin hacer daño a nadie. Aunque se ve que para la Paeria hacen más daño los niños jugando a la pelota que los botellones, el vandalismo o los actos incívicos.
Las razones que alegan para prohibir el juego en esta plaza no son ni creíbles ni verosímiles. Y si se prohíbe el juego en una plaza, lo más normal es habilitar espacios donde los críos puedan jugar y hacer deporte, ¿no? En vez de prohibir, hay que ofrecer alternativas y soluciones a la falta de espacios deportivos en determinados barrios. Y los que hay, cuidarlos mejor.
Les pongo un ejemplo: la pista deportiva de la Mariola, donde sí se puede jugar a futbol. En el grupo de Cs llevamos más de dos años insistiendo en que se repare de una vez la valla que está destrozada y desaparecida en un buen tramo porque ahí sí se causan daños a los vehículos aparcados y molestias a los viandantes. Pero el concejal de deportes, como quien oye llover.
No sé si la veremos reparada algún día, o si los vecinos de los barrios más desfavorecidos podrán disponer de equipamientos deportivos públicos adecuados o alternativos para la práctica de deporte. De momento, ya ha quedado claro que con este gobierno en la Paeria, ni las calles ni las plazas son de todos, ni todos los ciudadanos son iguales ni tienen los mismos derechos. Es necesario un cambio, y ese cambio será posible dentro de un año.
Por el bien y para el bien de todos los leridanos.