Tàrrega vibra con Celtas Cortos

La actuación de Celtas Cortos hizo vibrar la noche del viernes al público en la segunda jornada del 24 festival Paupaterres de Tàrrega. Encabezado por la voz carismática de Jesús Cifuentes, el popular grupo desgranó su célebre repertorio de rock celta en el que no faltaron clásicos como 20 de abril o Cuéntame un cuento. Fue el único concierto programado en Catalunya en el marco de la gira con el que la banda conmemora sus 30 años de trayectoria, por lo que la explanada del camping municipal de la capital del Urgell estaba a rebosar con unas 3.800 personas.

La jornada del viernes del Paupaterres también contó con los conciertos de Hoven, el sexteto femenino Alérgicas al Polen, Ítaca Band y los vascos Huntza. Además, el numeroso público pudo disfrutar de la danza aérea de Entreteles y de los ritmos del Trío Kumbia de Bellpuig. La jornada final del festival arrancó ayer a media tarde con el Paupakids, el espacio destinado a los más pequeños, que congregó a unas 500 personas y que en esta ocasión pudo recuperar todas las actividades: fiesta de la espuma, talleres, hinchables de agua y, como novedad, artes circenses con Tot Circ.

Por la noche, estaba previsto que actuaran la veterana banda jamaicana The Skatalites, la joven cantautora Sara Roy, la leridana Helen, los valencianos Auxili, el grupo de Mataró Andana y Ponent Roots. Uno de los momentos más esperados fue la actuación del Cor Safari. Y es que el Paupaterres destinará el dinero recaudado con la venta de vasos solidarios a ayudar a volver a casa a este grupo de 25 niños de Uganda y el Sudán del Sur, que vino para grabar un programa de televisión.

Éramos menos que hace un cuarto de siglo, cuando Celtas Cortos tocó en la plaza de Les Nacions de Tàrrega. Pero estábamos todos en el Paupaterres para Recordar lo bueno, de lo malo nada, como reza el lema del 30 aniversario del grupo vallisoletano. La mayor parte del público aún recordaba lo que eran los celtas cortos, que dio nombre al grupo: un sabor áspero a tabaco barato que dejaba en la boca de regalo algunas hebras tiernas que invitaban a mascar y escupir.

Durante hora y media tocaron delante de un público nostálgico, antiguo, entregado. No es para menos, ha pasado la edad que vivió Jesucristo desde que sonaba Buscando el norte y muchos años desde que el país bailaba celta con tintes de rock con una Gente impresentable. Y así entramos en las entrañas de la madrugada, hasta que al final, como era de esperar, sonó 20 de abril, arriba los corazones, brazos en alto, mil móbiles grabando lo ingrabable.

La gente ya había dejado la voz en el cielo del camping con Tranquilo Majete y Cuéntame un cuento. Celtas Cortos supo hacer algo nuevo con la música. Hace 33 años se atrevieron a poner en una misma batidora guitarra, teclado, bajo y batería, junto con el violín, la flauta y el acordeón diatónico.

A ello se le sumó el registro de voz inconfundible de Jesús H. Cifuentes. El resultado es una anarquía musical que ha llenado muchas noches de complicidad efímera.