Experiencia de los sentidos

Jazz

El concierto de inauguración de la XXIX edición del Festival Jazz Tardor tuvo lugar en un marco incomparable. A saber, las bodegas Castell del Remei, del grupo Cusiné, patrocinador habitual del certamen, que además de ofrecer al selecto público asistente, un centenar de privilegiados aficionados al jazz, la actuación en petit comité del Jesse Davis Quartet, también organizó una visita guiada al recinto, una cata de sus vinos y la inauguración oficial de la exposición fotográfica Jazz Stars, con instantáneas de diferentes artistas del género tomadas todos estos años pasados en nuestra ciudad por un servidor. El caso es que todos estos actos convirtieron la jornada en una fiesta; una auténtica experiencia del gusto y del resto de los sentidos, desvelando de paso un espacio para actuaciones maravilloso que sorprendió a propios y a extraños, incluidos los propios músicos, que destacaron al final la sensacional acústica del lugar. Totalmente de acuerdo con el gran saxofonista de Nueva Orleans, a la sazón, cabeza del elenco y gran estrella vespertina, y con el estupendo combo que lo acompañaba. Nos referimos, por supuesto, a la sección rítmica compuesta por Ignasi González al contrabajo y el baterista Joan Casares, quienes, junto al pianista transalpino Andrea Pozza, nos deleitaron con hora y media larga de show y un buen hacer que resultaron tan sabrosos como los caldos blancos y tintos que los anfitriones nos dieron a probar, antes, durante y después del espectáculo. De Davis, qué más decir. En un portentoso estado de salud artística y recordándonos su filiación como uno de los Young Lions, de la renombrada generación de músicos surgidos en la década de los ochenta junto con Roy Hargrove, Antonio Hart, Brad Meldau o Rodney Kendrick, que se constituyeron en punta de lanza de aquel movimiento de nuevos valores, tomando al asalto, en un abrir y cerrar de ojos, los lugares preeminentes del panorama jazzístico mundial de entonces y hasta la actualidad.