CRÍTICADEMUSICA
Rey del mar
JAZZ
A saber, el pianista Davis Alexander, el saxo-tenor Benjamin Solomon, el contrabajista Dishan Harper, el trompeta Wallace Roney Jr. Y su propio hijo, Orion Turre en la batería, formando juntos un combo compacto y muy bien engrasado con el que dar la réplica a este fluido improvisador que bebe, a nivel de influencia e inspiración, en ese amplio marco expresivo que va desde la música afroamericana hasta el be-bop, pasando por el blues o los ritmos latinos sin hacer ascos, tampoco, al rock o al pop de forma puntual. También pudimos descubrirlo experimentando con una de sus más singulares aportaciones: el uso de conchas y caracolas marinas para crear enigmáticos sonidos en un amplísimo abanico de tonalidades, experiencia de la cual Turre se ha convertido en un gran dominador, sorprendiendo a propios y extraños de sus posibilidades musicales inabarcables.
El espectáculo fue plácido en toda su magnitud y duración dejando, bien a las claras, que en esta parcela que él ha abierto y desarrollado se ha convertido en un auténtico maestro.