COLABORACIÓN
La dialéctica de la falsedad
¿Por qué es Pueyo el alcalde de Lleida en febrero de 2023? La respuesta podría parecer evidente, pero no lo es. Si le preguntamos a la inmensa mayoría de los vecinos de Lleida nos dirán que su partido ganó las elecciones en 2019. Pero no es así, porque ERC no ganó.
Es alcalde porque la izquierda separatista catalana pactó con la derecha nacionalista catalana y con la extrema izquierda populista. De una ciudad que quería un cambio a mejor tras cuarenta años de gobierno socialista, la realidad es que hoy la ciudad está mucho peor que hace 4 años. ¿Alguien piensa que Lleida es más segura hoy que hace 4 años? ¿Alguien piensa que Lleida está hoy más limpia que hace 4 años? ¿Alguien piensa que Lleida es más amable y más cívica hoy que hace 4 años? ¿Alguien piensa que el eje comercial está hoy más dinamizado que hace 4 años? ¿Alguien piensa que los leridanos van menos a Zaragoza, a Barcelona o a Tarragona para comprar lo que no encuentran en esta ciudad? El alcalde, lejos de ser el alcalde de todos, lejos de atender y escuchar a todos los vecinos, ha generado malestar en prácticamente todos los barrios.
Barrios que antes no, pero ahora sí visita porque ha sido proclamado candidato de su partido. Aunque niegue la mayor, la delincuencia y el incivismo campan a sus anchas por la ciudad, las ratas se apoderan de las alcantarillas y los contenedores, los caminos de L’Horta lucen en sus márgenes todo tipo de escombros de obra, colchones y sofás, las calles son un auténtico mosaico pegajoso de excrementos de palomas, resina y suciedad incrustada. En 4 años le han dimitido 2 miembros de su gobierno y nadie sabe por qué.
Ha expulsado a un concejal por presuntas irregularidades contables que han quedado en el aire. Ha echado a uno de sus socios de gobierno por falta de lealtad. Falta de lealtad es que no te aplaudan con las orejas, claro.
Y ante esta situación caótica, gobernando en minoría y apoyándose en su común muleta, en diciembre del 2021 se le abre de par en par una ventana de aire fresco a la ciudad de Lleida. Al no superar la cuestión de confianza a la que se sometió por no poder aprobar el presupuesto de 2022, la oposición podía presentar una moción de censura. En ese momento había 12 concejales de gobierno y 15 de oposición, números suficientes para ganarla.
¿Y qué pasó, pues, para que hoy en día siga siendo Pueyo el peor alcalde de Lleida? Pues pasó que a unos les faltó arrojo y capacidad de negociación y a otros les sobró la ambición desmesurada de querer ser parte del gobierno. El PSC no supo, o no quiso (porque vistos los pactos que están haciendo en toda Cataluña e incluso en el Gobierno de España), aglutinar a la oposición para revertir el desgobierno del bipartito. Y es que ahí apareció la figura del portavoz del Partido Popular, con su desmedida ambición personal.
Quiere ser gobierno, a toda costa, sin preocuparle la tierra que queme a su paso. Porque su única postura era que, o entraba en gobierno, o no apoyaba la moción de censura. Antepuso sus intereses a los del resto de la ciudadanía.
Traicionó a Lleida. ¿Cuál fue el posicionamiento de mi partido, de Ciutadans? Pues a mi modo de ver, el más sensato, el más racional y el único que puso por delante los intereses de la ciudad de Lleida a las siglas. Nosotros le dijimos al PSC que apoyaríamos sacar a ERC del gobierno sin condiciones.
Porque lo que pedía a gritos la ciudadanía era sacar de su despacho en terraza al alcalde. Así pues, entre unos que no supieron mediar y otro que se pasó de frenada por su codicia, hoy Pueyo sigue siendo el alcalde de esta inerme ciudad. Pero aún hay peores noticias para Lleida.
Porque el próximo 28 de mayo posiblemente se darán unos resultados electorales que permitirán al PSC cumplir uno de sus sueños húmedos: gobernar en coalición con Esquerra. El PSC estará dispuesto a traicionar a sus votantes, de nuevo, a esos votantes que son los socialistas felipistas, socialistas de un socialismo del que ya nada queda en España. Esos vecinos de nuestra ciudad con orígenes andaluces, extremeños, manchegos.
que le darán su voto a quien les va a traicionar con esa habilidad de defender lo uno y lo contrario. Con la dialéctica de la falsedad que les caracteriza. Eso puede suceder y solamente queda una esperanza de que no ocurra.
Ciutadans. Nosotros somos decisivos para que la felonía no se consuma. Con nuestro proyecto para transformar Lleida, con un proyecto que representa a todos los vecinos, con un proyecto que va a dinamizar el tejido comercial, social, empresarial, deportivo y cultural de la capital.
Este proyecto tiene un equipo renovado, apoyo y, sobre todo, las ganas de cambiar Lleida, pero de verdad, sin mentiras, sin tapujos, con sensatez y con cordura. Lleida merece más, no esperemos menos.