SEGRE
Un momento del concierto del pasado domingo en el Auditori.

Un momento del concierto del pasado domingo en el Auditori.ANTONI GELONCH

Creado:

Actualizado:

Lo que más impresiona de Alba Ventura es cómo baila con la música. Te llevas la sensación que el maravilloso sonido que oyes no sale del piano, sino del cuerpo de la pianista. Con un cantante lo que suena es su aire.

Con un violín, el sonido que crea el violinista presionando y frotando las cuerdas. El piano, en cambio, lleva el sonido incorporado y es difícil hacértelo tuyo porque hay mucha mediación (la percusión indirecta de las cuerdas con los martillos) entre lo que hace el intérprete y lo que suena. Ventura crea su propio sonido moviéndose con la música, acompañando con los brazos cada resonancia.

Es un espectáculo. Estamos hablando de elegancia, por supuesto, pero no solo. También, y sobre todo, de la calidad de sonido que extrae de la relajación con lo que se enfrenta a los forti, en los que la energía no la saca de golpear fuerte las teclas sino de atacarlas desde la distancia, proyectando todo el cuerpo.

El domingo sustituyó a las hermanas Labèque (¡nada menos!) por enfemedad de Katia e hizo un concierto 20 de Mozart espléndido. Lo tocó de memoria y exhibió un contacto con el teclado asombroso, un control del peso deslumbrante y una paleta sonora alérgica al amaneramiento. Interpretó la cadenza que escribió Beethoven para esta obra y la rubateó con el pedal con tanta personalidad que Mozart y Beethoven se habrían preguntado si habían inspirado y escrito, respectivamente, semejante maravilla.

La Franz Schubert Filharmonia la acompañó con mucha clase y ofreció después la cuarta sinfonía de Schumann. Hubo algún accidente en el primer movimiento y se disparó por arriba la afinación de los metales en el cuarto, pero fue magnífica la interpretación del divertido scherzo y toda la hermosura de la pequeña joya que es esta sinfonía relució en la maravillosa romanza, con unos solos fantásticos del oboe, el violonchelo y el concertino. ¡Cuánta felicidad debemos a estas músicas!

tracking