CRÍTICADEMUSICA
Enredadas
El abanico estilístico fue, cómo no, muy generoso, aprovechándose la extracción de cuna de todas ellas, Andalucía, Aragón y Galicia, y los variados géneros que desde hace años vienen cultivando cada una, a saber, flamenco, cabaret, jazz, alalás, copla, folk, jota o fado, todo ello para unas fusiones realmente espectaculares, acompañadas por el tándem de guitarras de Marcos Teira y el brasileño Sérgio Tannus que lo amenizaron todo instrumentalmente con gran exquisitez. Aparte del humor que reinó durante toda la velada y de sus voces, singulares y con personalidad donde las haya, por supuesto, me llamó la atención la perfecta sincronía en la ejecución de los distintos números y pasajes, notándose un reparto perfecto de funciones para que ninguna de las cuatro gozase de más tiempo que las otras, lográndose el equilibrio necesario para no incurrir en choques de egos, tratándose de cuatro grandes intérpretes, pero de armas tomar. La imagen en conjunto que dieron fue la de llevarse muy bien encima del escenario (e imaginamos que fuera también) y que esta experiencia les está sirviendo, sobre todo, para enriquecerse mutuamente y hacer un intercambio constructivo y provechoso de las distintas músicas de este país que ellas representan tan bien.
Formidables.