El supremo califica de imprudencia grave que un perro potencialmente peligroso ande suelto y sin bozal
La Sala Segunda del Tribunal Supremo en fecha 20 de junio ha dictado una sentencia en virtud de la cual condena al propietario de un perro de raza potencialmente peligrosa que mordió a una niña de cinco años mientras jugaba en el parque. El can era un American Staffordshire Terrier que paseaba suelto y sin bozal. Los hechos constituyen un delito de imprudencia grave del art. 152.1.1 del CP (la Ley 3996/1995), con resultado de lesiones del art. 147 del mismo texto legal. El Supremo falla estimando el recurso de casación planteado por el Ministerio Fiscal contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial que consideró que concurría una imprudencia menos grave. Como consecuencia, confirma la sentencia dictada por el Juzgado de lo Penal que había condenado a la propietaria del animal por un delito de lesiones por imprudencia grave y ha i puesto una indemnización por responsabilidad civil de 5.366 euros.La Sala hace suyo el razonamiento del juez de lo Penal que motivó la gravedad de la imprudencia del siguiente modo: “La acusada, a sabiendas de que su American Staffordshire Terrier pertenecía a una raza de perros potencialmente peligrosos (en ningún momento, durante el juicio, se ha puesto en duda que conociera tal condición del animal), faltó a las más elementales reglas de prudencia, con infracción de las normas reglamentarias antes enumeradas, y puso en riesgo la integridad física de las personas con las que se pudiera encontrar el animal. La ley ha decidido calificar como potencialmente peligrosas una serie de razas de perros precisamente porque tienen un carácter muy marcado, fuerte musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia, y cuyos instintos no pueden ser del todo anulados, sino tan solo mitigados y controlados.” Añadiendo: “En este mismo sentido se ha pronunciado el propio veterinario, que ha declarado a instancia de la defensa al señalar que, si bien en su consulta siempre se comportó mansamente, es un perro de raza peligrosa y ha de tenerse cuidado.” Concluye que la acusada incurrió en una imprudencia de carácter grave al infringir la normativa reglamentaria dictada al efecto, llevándolo sin correa y sin bozal y sin prever la posibilidad de que su perro, siendo de cierto tamaño y de una raza de fuerte carácter, pudiera atacar a alguien en la zona urbana y poblada en la que se encontraba.Visto el panorama actual, y en el supuesto de que usted se encuentre en una situación similar, le aconsejamos que contrate los servicios de un abogado que pueda asesorarle y defender sus derechos adecuadamente. Les recordamos que en Huguet Ostáriz Abogados contamos con una larga experiencia en defender los derechos de nuestros clientes, avalándonos nuestros casos de éxito.