¿Por qué fallamos los líderes?
(*) Cofundador Executive HR Talent, Miembro del comité de Dirección de Ingenio Leadership School y Especialista en RRHH 4.0
Para muestra un botón: la gestión caótica de la dana en la Comunidad Valenciana.En la historia del liderazgo hay muchos ejemplos de fracaso de los líderes. El último y más reciente han sido los eventos ocurridos en la Comunidad de Valencia con respecto a la gestión caótica de nuestros líderes políticos en la catástrofe producida por la dana. Hay un gran número de factores, que iré desgranando en este artículo, que hacen que el líder falle, pero sobre todo hay dos que según mi parecer son claves: el primero sería líderes que solamente se enfocan en el corto plazo y por otra parte líderes con una mentalidad cerrada y yo diría hasta bastante rígida. Obviamente estos dos aspectos que pueden condicionar triunfos a corto plazo son la principal amenaza para la supervivencia de las organizaciones en nuestro entorno empresarial.Es evidente el innumerable número de sucesos y fallos de forma continuada con lo acaecido en la Comunidad de Valencia con respecto al fenómeno de la dana con la gran pérdida de vidas humanas y también con el gran desperfecto a nivel de recursos e instalaciones. En primer lugar destacaríamos la falta de confianza de nuestros líderes políticos en la ciencia, así como en los expertos de las diferentes áreas; en otras palabras, podríamos estar hablando de una competencia muy poco desarrollada que es la falta de delegación. Un líder no tiene que saber de todo, pero debe sobre todo escuchar y debe dejarse guiar por los expertos que le van a aconsejar a tomar buenas decisiones. Lo peor que puede hacer un líder es no escuchar y pensar que tiene la absoluta certeza de que sus decisiones son lo mejor para su organización.A nuestros líderes políticos, igual que en las empresas privadas, les debemos exigir, no solamente que tengan la nacionalidad española (como en la actualidad), como único requerimiento, sino la demostración de competencias de liderazgo sostenibles en el tiempo, de las que aquí estamos mencionando.En mi parecer, el segundo gran problema es la toma de decisiones no basada en datos. Luego la competencia que destacaríamos aquí por su absoluta ausencia sería la falta de una mente analítica en la que las decisiones están basadas en datos; decisiones que van a ser acertadas en todo momento.El tercer factor y gran problema sería el no admitir los fallos cometidos, la falta de espíritu crítico y poder reaccionar a tiempo, es decir la incompetencia de la absoluta soberbia y pensar el líder que lo sabe todo, con la falta de otra competencia clave del liderazgo, la falta de empatía y la autocomplacencia y la excesiva falsa “confianza”, que se convierte en arrogancia. Dentro del aspecto que hemos comentado el cortoplacismo al igual que en la política donde el ciclo político es muy corto evita la toma de decisiones estratégicas, aunque sean necesarias y esto mismo lo vemos en las empresas donde para mejorar las cuentas anuales o las cuentas trimestrales se suele posponer casi siempre la innovación. Precisamente la innovación es la piedra angular, que nos va a impulsar en nuestro futuro y va a hacer que tengamos un crecimiento sostenible, para acometer transformaciones imprescindibles. Este Liderazgo político es lo que llamamos autocomplacencia del liderazgo y su exaltación, al que no quieren, ni saben, adaptarse a este cambiante entorno que nos rodea en el mundo actual, que requiere de un liderazgo ágil, basado en datos, espíritu crítico y no cortoplacista, sino con una visión de futuro y una resiliencia de aprender de nuestros errores y aprendizajes previos a situaciones límites y cambiantes.