Algo no encaja en 'La Agencia'
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De izquierda a derecha, Fassbender, Wright, Turner-Smith y Gere. - SKYSHOWTIME
Un reparto encabezado por Michael Fassbender (Shame, Prometheus), Jeffrey Wright (La crónica francesa, American Fiction), Jodie Turner-Smith (Queen & Slim, Despidiendo a Yang) y Richard Gere (Chicago, Pretty Woman) debería ser garantía suficiente para apostar, sin dudarlo demasiado, por este thriller político de espionaje. Si a ello le sumamos la dirección del guion por parte del equipo creativo conformado por el dúo John-Henry y Jez Butterworth (Al filo del mañana, Caza a la espía), la decisión de verla debería estar más que clara. Sin embargo, algo no termina de cuadrar en La Agencia (2024). Basada en la –infravalorada en España– serie francesa Oficina de infiltrados (2015), creada por Eric Rochant (Un mundo sin piedad, Los patriotas), la trama arranca con el regreso a Londres del agente de la CIA Martian (Fassbender) tras recibir la orden de abandonar su vida encubierta en Etiopía, lugar donde también mantuvo una duradera relación sentimental con una profesora universitaria casada llamada Sami Zahir (Turner-Smith). Con el ruido de fondo de las discusiones entre el director de la agencia, Henry (Wright), y el jefe de Martian, Bosko (Gere), la adaptación a la vida civil de nuestro protagonista se ve interrumpida por la reaparición de Sami, forzándole a escoger entre su carrera profesional y su corazón. En este aspecto, a diferencia de producciones similares como Slow Horses (2022), aquí el héroe se muestra más vulnerable y humano. Desgraciadamente, los primeros capítulos presentan una serie de incoherencias que pueden terminar desembocando en una enorme frustración para el espectador. El ritmo narrativo tampoco ayuda a mejorarlo. Mientras que en los dos primeros capítulos apenas se da ninguna explicación acerca de los personajes, el tercero se dedica tanto a las aclaraciones que resulta excesivamente engorroso. Pero no todo son defectos. Si hay algo indiscutible es que la intriga se mantiene hasta el final de la temporada, dividida en 10 partes, y que nos encontramos ante un show en el que los pequeños detalles importan. Poco o nada se puede reprochar a un elenco de estrellas que trabaja por encima de las posibilidades que el guion les ofrece, aunque, siguiendo con la comparativa con los Slow Horses de Gary Oldman (El topo, El caballero oscuro), no deja de ser una versión muy inferior. Disfrutar o no dependerá en gran medida de la paciencia de su audiencia por no terminar levantándose del sofá.