Escuchar los silencios

Hay directores que tienen un universo propio, una sensibilidad singular, que ponen su firma en cada plano, en cada objeto, y un ejemplo palpable de ello es Wes Anderson. Esto provoca una señal identificativa, marca distancias con otros estilos. A Todd Haynes también se le puede circunscribir dentro de un sello individual, propio, tanto si retrata a míticos músicos como Bob Dylan a través de varios actores y actrices en I’m Not There o utiliza la luz y la peculiaridad de las pinturas de Edward Hopper en Lejos del cielo, sin olvidar su pasión por el cine de Douglas Sirk. Haynes es elegante, moldea a sus personajes con una cadencia especial como sucedía en Carol. Ahora, con Wonderstruck sigue maravillando, hilvanando a la perfección dos historias, dos épocas de la anterior centuria, los años 20 y los 70, que tienen un vínculo inseparable entre sí, con dos niños en busca de identidad, iniciando una aventura por las calles de Nueva York para reencontrar una madre volcada en su carrera entre imágenes de tormenta al más puro estilo Griffith o un padre que ha bailado con lobos. Hay tristeza en Wonderstruck: la protagonista es sordomuda y al muchacho, un rayo le ha dejado también sordo, y ambos deberán buscar referencias emocionales, sacarse el aura de niños desasistidos y encontrar en el Museo de Historia Natural de la ciudad referencias, mensajes y páginas que han de desvelar ausencias. Con una Julianne Moore que engrandece esta emotiva película, Wonderstruck es visualmente admirable y entre el blanco y negro y el color, en cada detalle, entre el Space Oditty de Bowie, se desarrolla un cine en el que los silencios importan más que las palabras.

WONDERSTRUCK Direcció: Todd Haynes. Intèrprets: Oakes Fegley, Millicent Simmonds, Julianne Moore. Cine: Screenbox Funatic. ★★★★✩