CRÍTICADECINE
Divertimento descomunal
Tanto si gusta como si no esta película, criticar a Spielberg no procede. No estamos ante un vendedor de tele-tienda. Es un empresario descomunal con ojo de halcón para dar lo que el público demanda y, por si fuera poco, tiene en su haber películas irrebatibles, de esas que se guardan en la memoria colectiva formando un nexo emocional entre espectador y cineasta. Obviamente, uno puede tener su baremo particular y colocar unas en lo más alto mientras relegar a otras al final de todo. Pero pienso que la balanza siempre estará descompensada en favor de sus magníficas producciones. Y como el hombre sabe en qué mundo vive, ahora ofrece a unos y a otros Ready Player One. A unos, la generación del siglo XXI, les ofrece una historia que es en sí un videojuego gigante, una catarata de efectos que se come prácticamente todo. Donde la realidad virtual es dominadora absoluta de escenas con ritmo frenético en un mundo no muy lejano de ciudades feas, y donde todos huyen de su triste existencia a través de un macro juego perviviendo dentro de él con la imagen de sus avatares, buscando las claves que ha impuesto el creador del mismo, eso sí, con permiso de una corporación y un villano con todas las letras que también busca las llaves del reino. Y a otros les ofrece múltiples referencias, homenajes a personajes de cine y cómic, a películas de culto donde sobresalen los que se dedican a Regreso al futuro, El gigante de hierro y a El resplandor, todo ello en forma de desmadrada enciclopedia visual. A mí, que soy del siglo pasado, la cosa me sobrepasa, pero cabe reconocer que Ready Player One es un divertimento colosal con sello de autenticidad de Steven Spielberg.
READY PLAYER ONE Dirección: Steven Spielberg. Intérpretes: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Mark Rylance. Cines: JCA Alpicat, Urgellenc (Tàrrega). ★★★☆☆