Crónica de un secuestro

El realizador brasileño José Padilha se plantó en la Berlinale y ganó deslumbrando con su visión realista de la violencia en las favelas y en los explícitos métodos policiales con Tropa de élite, que conoció otra entrega no tan potente pero nada desdeñable en la que la miseria ética se daba la mano con la miseria de los barrios. Tal vez por esa cualidad de mostrar de un modo conciso la dureza objetiva le hayan hecho responsable de esta revisión histórica sobre el secuestro de un avión de Air France en 1976 por alemanes airados cuyos líderes de la Fracción del Ejército Rojo habían muerto en la cárcel, y palestinos que pretendían la liberación de miembros del FLP canjeándolos por pasajeros judíos. La Uganda del dictador Idi Amin Dada, concretamente su desvencijado aeropuerto, fue testigo de una milimétrica operación de rescate calculada por la inteligencia israelí que hizo correr ríos de tinta. Con estos mimbres, la película al menos prometía atisbar los entresijos del operativo, contemplar las luces y las sombras entre los mandos de Tel Aviv, conocer la naturaleza de secuestradores y secuestrados, marcar el día a día como un nervioso pulso que paralizó al mundo y, conociendo a Padilha, resolver el ataque relámpago final con resolución, dejándonos sin aliento. Pero no, la espera se mantiene en un tedio constante, los personajes quedan estancados y el rescate se resuelve tontamente alternándolo con un número de danza moderna que no aporta nada. Al final, uno se queda con aquella Victoria en Entebbe de los años setenta que, sin ser nada del otro jueves, era más rabiosa y eso que 7 días en Entebbe ha tenido décadas para madurar los hechos y ser por ende mejor.

7 DÍAS EN ENTEBBE Dirección: José Padilha. Intérpretes: Rosamund Pike, Daniel Brühl, Eddie Marsan. Cine: JCA Alpicat. ★★☆☆☆