CRÍTICADECINE
La soledad del corredor
El realizador Andrew Haigh tiene entre manos una de esas historias anónimas tan cargadas de dramatismo y penuria que una de las razones por las que esta película emerge más allá de la admirable interpretación del joven Charlie Plummer es haber sabido desvestirla de desdicha con tremenda moderación, dentro de un ejercicio de humildad que, sin dejar de lado la tristeza, sí empuja a la supervivencia emocional, como una lección de vida, como una crónica de la soledad más fiera que sin ser vencida se sobrelleva en una etapa difícil, una edad difícil, justo cuando la adolescencia marca todas las pulsaciones en lo afectivo. Lean on Pete nos muestra a un joven que ha perdido a su padre –un rebelde inadaptado de esa sociedad americana que tiene cliché de western– y al que su madre abandonó, que decide emprender un fatigoso viaje en busca de un familiar, de un hogar donde cobijarse, acompañado de un viejo caballo que está más cerca del matadero que de las pistas de carreras y que ha decidido rescatar de un mal presente. En esta película con alma de road movie hay marginalidad, sentimiento de no pertenecer a ningún lugar, de no ser demandado por nadie, de caer en la miseria de la vida, pero también existe un sueño, una posibilidad de algo que lo cobije y lo abrace al final del camino. Con innegable sello independiente e intérpretes tan reales en sus apariciones como el veterano Steve Buscemi en un rol de hombre producto del medio en el que vive y una Chlöe Sevigny aportando afecto en un ambiente realista, el británico Andrew Haigh no evita contagiarnos de momentos de gran pena, pero tampoco deja que el mal trago sea amargo hasta el fondo.
LEAN ON PETE Dirección: Andrew Haigh. Intérpretes: Charlie Plummer, Travis Fimmel, Steve Buscemi. Cine: Screenbox Funatic. ★★★★☆