CRÍTICADECINE
Paranoia colectiva
Cines: Screenbox Funatic
Director: Gaspar Noé. Intérpretes: Sofia Boutella, Romain Guillermic, Souheila Yacoub. País: Francia. Duración: 95 minutos.
Pero Gaspar Noé ya te ha mostrado a ese grupo, a esa compañía joven que se encierra para practicar en un lugar aislado antes de viajar a Estados Unidos para competir, y lo ha hecho uno por uno, armándolos o desarmándolos con preguntas directas sobre su personalidad, sobre su mirada hacia su lugar social.
Gente de toda condición, de todas las etnias que pueblan Francia, diversa y multiracial. Hasta ahí, hasta el excepcional número musical que se marcan tan novedoso, tan potente, todo es plasticidad, provocación controlada, pero a partir de ese momento el giro es radical y la histeria se apodera de la película rabiosamente, y en esa incomodidad Noé sigue intratable.
Una jovial fiesta para celebrar el fin de los ensayos, cuando alguien –no se sabe quién– echa una fortísima droga en la sangría, se convierte en pura psicopatía, creando un descontrol salvaje donde todo tiene cabida, y lo que antes no había pasado de diálogos subidos de tono, ahora es caótico, desesperado, donde lo alucinatorio es base para un baño de sangre filmado y experimentando con una cámara, en ocasiones tan paranoica como las impactantes imágenes que graba.
Climax es un ejercicio de terror fuera de control, de demencia colectiva respaldada por el estilo de un realizador potente y polémico, crítico sin fisuras, incomodando sin límite, y tal vez sea eso lo que lo hace tan personal y diferente, tan visceral y magnético.