CRÍTICADECINE
¿Crees en Dios?
GRACIAS A DIOS
Una película difícil, una historia que son muchas historias, de silencios traumáticos, de injusticia sellada, de lucha casi invisible frente al poder de la Iglesia, de valentía ante un entorno hostil que, como señala la madre de uno de los afectados, los cuestiona pues solo se busca remover la mierda. De un tiempo a esta parte las denuncias por pederastia contra miembros del clero sacuden las columnas de los templos de la fe y miran hacia el mismísimo Vaticano. En el estado español es una mancha cada vez más grande, incluso en nuestra propia ciudad se abren casos que van en la misma dirección. El realizador francés François Ozon –uno se pregunta qué habría hecho Costa-Gavras con un material así– traza una de sus películas más serias, más contenidas dentro de la gravedad de lo que muestra, la lucha en principio en solitario de un hombre ultrajado, después entre más afectados, sobre los abusos de un sacerdote, Preynat, y uno de sus grandes encubridores, el cardenal Barbarin. Una dura batalla para llevar ante la justicia a monstruos protegidos por una Iglesia incapaz de entonar el mea culpa, de dar ejemplo, colocándose del lado del ofensor antes que del ofendido. Se agradece en la película de Ozon que no se entre en el terreno del sensacionalismo, que se mantenga en una posición formal y consecuente con unos hechos que desde un principio están ahí, que son manifiestos e incluso admitidos a nivel interno, en el cara a cara entre el pedófilo y la víctima y en la incapacidad de pedir perdón, en el sellado de los abusos con todo tipo de contestación epistolar, o porque muchos de esos actos ya habían prescrito. Gracias a Dios, que aquí, por casualidad o no, se estrena a las puertas de Semana Santa, nos habla de una lucha por el honor de un padre de familia profundamente católico que fue víctima repetidamente en sus tiempos de boy scout por parte de un hombre de Dios que pese a su desvelada condición de pederasta siguió ejerciendo el sacerdocio, y al que se le presumen cientos de casos. La trama avanza con más personas damnificadas, en sus puntos de vista, en su posición, en el hecho de sobrellevar un trauma en ocasiones silenciado por cuestiones morales o por posibles represalias sociales. Al final, y no es un spoiler pues Gracias a Dios se basa en hechos reales, hubo una victoria pírrica, casi amoral, pero lo que no cesa es un escándalo monumental que pone en entredicho las más básicas reglas de la justicia, dejando sin respuesta la pregunta de un hijo a un padre humillado: “Papa, ¿crees en Dios?”Cine: Screenbox Funatic.
País: Francia.
Director: François Ozon.
Intérpretes: Mervil Poupaud, Denis Menochet.
★★★★