CRÍTICADECINE
Herencia de la sangre
Los hermanos Sisters
Dirección: Jacques Audiard.
Intérpretes: Joaquin Phoenix, Jake Gyllenhaal.
Cine: Funatic
Los hermanos Sisters es una película edificada en la herencia del género, en el cine del “oeste” más sobrio, más realista y puro, donde los caminos se bifurcan para encontrarse de nuevo, para cumplir y hacer lo que se debe hacer, o para reaccionar y dar un giro a la historia gracias a una lógica aplastante.
Dos hermanos asesinos a sueldo, verdaderas pesadillas para los que persiguen y duchos con las armas, presentados desde el principio de un modo escalofriante, andan a la caza de un buscador de oro y tras un colaborador que parece que se la ha jugado al Comodoro, una especie de jefe mafioso que gobierna y ejecuta sus designios aunque, en realidad, este sea tan solo una excusa para desarrollar una historia que va mucho más allá, que pone énfasis en los personajes y los moldea y muestra desde su parcela más humana, con profundidad, con introspección desde el infierno que habitan.
El francés Jacques Audiard humaniza a estos seres, uno con sus fantasmas interiores y sus traumas que lo han llevado a convertirse en un verdadero pistolero, un tipo duro que sabe muy bien donde se afianza su lealtad sanguínea, con taras tan profundas como sus sentimientos; el otro, interiorizando una bondad que no precede a su fama de criminal, con sus ansias, con su ideal de vida alejada de la sangre y los tiroteos, sufriendo por su caballo, guardando como un tesoro secreto un chal de una mujer que sería su ideal de vida familiar.
En Los hermanos Sisters, entre esos espacios abiertos en territorios que comienzan a ser invadidos por el hombre anunciando ciudades sobre el barro y ríos enturbiados, se es testigo de una transformación, de una profunda visión sobre el perseguido y el perseguidor, sobre el conocimiento de seres que buscan la utopía de un mundo mejor cuando este es incipiente pero ya seriamente dañado por los hombres.
Golpes de humor entre la tragedia, lealtad sin límite y silencios que hablan por sí mismos en miradas con penetrante intensidad gracias a unos actores superlativos, que viven y respiran cada momento, salvajes y humanos, capaces de despertar desprecio y, a su vez, profunda comprensión. Los hermanos Sisters no es solo una gran película de género, es una gran película en sí misma.