Las buenas mentiras

Existen mentiras malas, dolorosas, de esas que hacen daño; pero sin embargo, existen otras que intentan ocultar todo eso, mentiras piadosas para evitar pesares innecesarios. The Farewell es una de esas películas tan henchida de buenas intenciones que te desarma, que teje lazos hereditarios e identitarios en personas que han permanecido gran parte de sus vidas a miles de kilómetros de sus emociones familiares, y las expone a través de una película que la realizadora Lulu Wang, nacida en Pekín aunque estadounidense, recoge con voluntad autobiográfica para explicar con alternancia de melodrama y comedia los lazos familiares.

La historia nos remite a una joven de origen chino pero criada en EEUU que, junto a sus padres, viajará a China para reunirse con toda la familia ante la noticia del cáncer terminal que sufre la matriarca y abuela de esta chica, a quien le puede el sentimiento de pérdida por encima de la intención de la familia en ocultarle a la anciana su destino inminente. Y es aquí donde se desarrollan vínculos afectivos entrañables, donde la duda de mentiras tradicionales se confrontan con la mentalidad de esta hija de emigrantes que descubre los estrechos lazos y el carácter vital de su gente, su fuerza existencial, y como la tristeza se transforma en alegría ante las lecciones humanas de gente cercana que influyen para poder así entender el significado de las cosas.

Esta no es una película que articule sentimientos manipulados. Es sincera, tiene trazos de emotividad pura, inocente, sentida, sin caer en la sensiblería fácil, sino que es afectiva, y tan natural que convierte lo complicado en sencillez, y el fantasma de la muerte en pura vida.