BUENOS PRINCIPIOSDirección: Yvan Attal.
Intérpretes: Yvan Attal, Charlotte Gainsbourg, Pascale Arbillot.
Cine: Screenbox Funatic.
★★★☆☆
Existe algo en esta película del todo atrayente y es que adapta un cuento de un gran escritor americano, John Fante, poseedor de una literatura auténtica, brillante, realista y directa. De Fante, que fue guionista en Hollywood y del que se han llevado diversas novelas al cine, conocía a su alter ego Arturo Bandini y las magníficas novelas
Espera a la primavera, Bandini y
Pregúntale al polvo, pero no a Henry Molise, –ese escritor en crisis creativa y familiar creado por Fante–, ni el libro
Al oeste de Roma, en el que se encuentra
Mi perro idiota, historia en la que Yvan Attal se inspira para dirigir e interpretar las miserias de un hombre que, tras haber conocido el éxito con una novela, se encuentra en dique seco, vacío y amargado con todo lo que le rodea, especialmente, cuatro hijos con los que no tiene química alguna, que desea perder de vista, y una mujer con la que le separan más cosas de las que les unen. El personaje es cínico, lamentoso, sueña con lo que deseó y no tuvo, conocer hermosas mujeres y sentarse en terrazas romanas que lo inspirasen, y no con una vida de fracasado cincuentón con entorno familiar fragmentado. Todo hasta la llegada casual de un enorme perro, que se convierte en aliado y al que llamará Estúpido.
La película bien podría caer en la típica comedia de grupo familiar con perro, fácil, tonta, relamida, pero no. Buenos principios es ácida y mordaz, pega donde duele aunque busque con constancia reconstruirse –algo que John Fante no haría– y se desmiembra íntimamente con reflexiones constantes sobre la vida y el fracaso, sobre los días perdidos y cómo recuperarlos. Todo ello mientras el sabueso campa a su aire.