CRÍTICADECINE
En una galaxia lejana
STAR WARS: EPISODIO IX
Es incuestionable, un gran espectáculo con efectos de última generación, un desborde visual con traca final para cerrar una saga mítica, de esas recordadas por generaciones cuya música de John Williams y esas letras perdiéndose en el espacio ya forman parte del imaginario colectivo. El realizador J.J. Abrams cierra esta tercera trilogía con seres que dudan en su fuero interno, en una sempiterna lucha del bien contra el mal, en alternar viejas glorias míticas con actores solventes y jóvenes que buscan su lugar dentro de la historia, unos Rey y Kylo Ren enfrentados a sí mismos, encajando piezas de este descomunal puzzle donde hay margen para la nostalgia, para resucitar mitos que unan hilos argumentales dentro de una historia que dentro de su complejo entramado de cine monumental se antoja simple en su estructura narrativa, pues ahí tenemos al malo muy malo y a los buenos ejerciendo lazos de amistad y camaradería, ayudando a los mares de dudas que asaltan a quien tiene un destino prefijado y para no olvidar que, ante todo, Star Wars: El ascenso de Skywalker está pensado para entretener de un modo grandioso. Nuevos mundos, espadas láser zumbando, naves de todo tipo, robots con alma, la sombra del padre y la resistencia frente a las reconocibles tropas de asalto de siempre. No hay que buscar trascendencia donde no la hay, se cierra el círculo –veremos– y unos seguirán celebrando la trilogía que los enganchó cuando eran adolescentes y los de ahora tendrán seguramente la última como referente, y la decepción o la euforia irá por barrios. Pero lo que está claro es que con este capítulo final se aplaudía a rabiar en una sala atestada de gente, igual que antes.Dirección: J.J. Abrams.
Int.:
Daisy Ridley, A. Driver.:
Cines: JCA Alpicat, Principal, Urgellenc (Tàrrega, Mollerussa y Balaguer).
★★★☆☆