CRÍTICADECINE
La mentira y la verdad
País: EEUU, 2019.
Director: Taika Waititi.
Intérpretes: Roman Griffin Davis, Taika Waititi, Scarlett Johansson
Cine: JCA Alpicat
Con una apariencia que recuerda el estilo de Wes Anderson en su estética, en la utilización de lo absurdo, Waititi promueve una compleja imaginería infantil hacia los otros, hacia esos judíos que el fanatismo ha demonizado, algo que el propio Jojo ve derrumbarse ante los acontecimientos que sobrevienen, en la pérdida, en el lío que se forma en su cabeza cuando descubre que su madre piensa en la libertad frente a la crueldad nazi, en esa joven judía escondida en su propia casa que guarda referencias a Ana Frank, a un mundo por descubrir contrario a la intolerancia en un tiempo cruel.
Taika Waititii, al que no se le puede negar un sentido agudo del humor tan interesante como insólito –baste con mencionar el éxito logrado en 2014 con la disparatada crónica vampírica Lo que hacemos en las sombras, convertida en serie–, con su última película mide el horror desde la mirada de un niño que puede distinguir a base de desastrosas vivencias, tan jocosas como lacerantes, quién es quién a nivel humano, regalando finalmente una lección de ética que para sí quisieran muchos adultos, porque la vida sigue y porque una mentira, por mucho que se repita, no siempre ha de convertirse forzosamente en una verdad.