CRÍTICADECINE
El estado de las cosas
Título:
original: Dorogie tovarishchi! Año
País: Rusia. Dirección
Reparto: Yuliya Vysotskaya, Vladislav Komarov.
Cine: Screenbox Funatic.
A Andrei Konchalovsky, tras su monumental “Siberiada” (1979), su etapa americana fue irregular, valgan como ejemplos la excelente “El tren del infierno” (1985) frente a la comercial “Tango y Cash” (1989).
Lo cierto es que Konchalovsky es un maestro y sigue demostrándolo en su regreso a Rusia. Es cronista de un país con una historia grabada a sangre y fuego, y centrado más en dar voz a sufridos ciudadanos cuyos ideales han sido barridos y manipulados que en ensalzar la épica de los tiempos de la revolución de Eisenstein.
Este cineasta alterna sabiamente los pequeños detalles, el drama casi susurrante, las escenas del horror, frente a otras de una extrema belleza.
Su estilo quedó constatado en “Paraíso” (2016), obra maestra rodada como en “Queridos camaradas” en formato 1.33:1, sobre las heridas morales de la guerra y sus horrores que, sin embargo, no deja que te embarguen. .
Ahora vuelve a mostrar un tiempo en blanco y negro sobre un país implacable con sus ciudadanos, donde la palabra o el manifestar el descontento del hambre era reprimido y enterrado en secretos y mentiras.
“Queridos camaradas” transcurre durante la masacre de Novocherkassk en 1962, cuando los obreros decidieron ir a la huelga siendo tiroteados por el ejército o por francotiradores de la KGB, porque todo se convierte en un misterio, en un dechado de inoperancia de los mandos, en acusaciones cruzadas. Pero la historia va más allá, ya que tras ese telón de fondo existe un personaje principal, Lyuda -magnífica Yuliya Vysotskaya-, un miembro del Comité que busca incesantemente junto a un oficial de la KGB a su hija desaparecida.
A través de ella, sentiremos el hartazgo, la decepción y el desengaño, sabiendo que finalmente no quedará otra que seguir abrazándose a la vida.
Una gran película..