CRÍTICADECINE
Historias de verano
Título :
original: À l’abordage!
Año: 2020.
Duración: 95 minutos.
País: Francia.
Dirección: Guillaume Brac.
Reparto: Eric Nantchouang, Salif Cissé, Édouard Sulpice, Asma Messaoudene.
Cine: Screenbox Funatic.
S
u evidente vocación de no pretender ser una película trascendente y, a su vez, buscar lejanía para no erigirse en un simple producto de verano, convierte ¡Al abordaje! en algo real, con sus historias mínimas bien desarrolladas que conectan con el espectador gracias a una mirada joven sin torpezas, y sin querer hacer reír a base de sandeces, algo que sí vemos a menudo en la comedia española actual.
Guillaume Brac, a sus poco más de 40 años, ya posee un cierto prestigio en su país y también en festivales importantes, y coloca a sus personajes en pleno estío, hilvanando sus momentos y sensaciones hasta convertir la película en algo grupal pese a que cada personaje tiene sus pliegues y sus deseos. La historia nos lleva a un joven que se ha enamorado de modo instantáneo y a su amigo –ambos de raza negra– a compartir vehículo con un desconocido un tanto quisquilloso –todo un descubrimiento Édouard Sulpice, que protagoniza algunos de los momentos más divertidos–, camino del lugar donde veranea la chica amada. Una avería les anima a hacer camping y, de paso, pensar que en esa zona con río turístico donde se encuentran todo irá bien.
Es ahí donde la película desarrolla encuentros y desencuentros, buenas sensaciones y alguna amargura. Descubrir situaciones y descubrirse a sí mismos sin necesidad de ser profundos, de un modo mucho más emocional, común y espontáneo. En esta producción con atmósfera veraniega y decididamente humana, la sombra de Éric Rohmer planea sin alterar el estilo de Brac, aunque títulos como Pauline en la playa o Cuento de verano sirvan para poder mirarse en esta película –salvando temas generacionales–, y para reafirmar que el cine francés goza de muy buena salud hasta cuando sale de vacaciones.