CRÍTICADECINE
Las múltiples vidas de Julie
PEQUEÑAS CASUALIDADES
Año: 2022
Duración: 121 min.
País: Francia
Dirección: Olivier Treiner.
Intérpretes: Lou de Laâge, Raphaël Personnaz, Isabelle Carré, Grégory Gadebois.
Cine: Screenbox Lleida
Y esa no es otra cosa que preguntarse lo que hubiese sido de su vida si, en vez de tomar una decisión, se hubiese tomado otra, si en algún momento nos hubiésemos atrevido a hacer lo que no hicimos, si hubiésemos tomado otro camino en vez de seguir por el que nos ha conducido hasta nuestros días. Un momento, solo se necesitaba un momento, para que todo hubiese sido diferente, sin saber si hubiese sido mejor o peor la decisión, o esa casualidad instantánea que no advertimos. Llamémoslo destino, azar, lo que queramos, pero no deja de ser curiosa esta propuesta de Treiner que, a través de un muy construido guion y un complejo montaje, juega las vidas paralelas de Julie, lo que pudo haber sido y lo que fue, sin arrepentimiento, solo como fórmula de aplicar múltiples situaciones de vidas no vividas, de la que únicamente una es real.
Cuando Julie ya cuenta con ochenta años, recuerda una existencia que gira en torno a sus emociones y a la música -parte importante del film-, y promueve situaciones diversas, con personajes diversos, amores diversos, alegrías y penas diversas, todas ellas rotando alrededor de ella y sus circunstancias, desde que era una adolescente hasta llegar a una edad tardía.Una historia centrada en una sólida actriz, una Lou de Laâge que se responsabiliza de diversas personalidades en un solo personaje, asumiendo los momentos joviales que tienden a ser muy dulces convirtiéndose en lo más intrascendente del film, así como las situaciones dramáticas, mucho más sentidas porque tienen la facultad de ser importantes y de retorcerle la vida a cualquiera. Como en Dos vidas en un instante de Peter Howitt, los giros y las subtramas conforman estas Pequeñas casualidades a sabiendas que al final el camino realizado es exclusivamente uno, que las segundas oportunidades nunca suelen ser las mismas, que nunca sabremos realmente cómo son las cosas no vividas. Eso, ya entra en el terreno del imaginario de cada uno.