CRÍTICADECINE
El hombre y el páramo
LA TIERRA PROMETIDA (THE BASTARD)
Año: 2023.
Duración: 127 min.
País: Dinamarca.
Dirección: Nikolaj Arcel.
Intérpretes: Mads Mikkelsen, Simon Bennebjerg, Amanda Collin, Melina Hagberg.
Cine: Screenbox Lleida.
Estreno mañana viernes
★★★★✩
Desde que el danés Mads Mikkelsen irrumpió en la pantalla como secundario en 1996 con Pusher, de Nicolas Winding Refn –durísima película que conoció dos secuelas más–, no ha parado de progresar hasta encumbrarse como uno de los actores más sólidos del panorama internacional. Mikkelsen le da brillo a cualquier película que lo tenga en el reparto, más allá de lo que la historia plantee. Llena el espacio fílmico de un modo abrumador, y eso es constatable en La tierra prometida, una película salvaje, árida, dura como ese yermo y desolado páramo en Jutlandia que el personaje, obstinadamente, con una tozudez más allá de lo imaginable, intenta convertir en tierra cultivable.La historia nos remite al año 1755 cuando un veterano capitán del ejército alemán se ofrece al rey de Dinamarca para convertir el inmenso y baldío terreno en algo productivo y de ese modo poder formar una colonia en el lugar. Cabe decir que desde un principio tendrá como respuesta la burla del consejo del rey, la falsedad de una clase sarcástica, interesada, seres que ningunean a aquellos que han sido estigmatizados, pero finalmente, a cambio de subir en el escalafón social, obtendrá el permiso para intentarlo de un modo casi jocoso, para enfrentarse en solitario a una quimera.Con estos mimbres bien podría tratarse de un relato sobre la superación personal, pero esta es un película de sufrimiento, de hostilidad directa con los bandidos del lugar, con el rechazo, con la adversidad del clima y, sobre todo, con el noble de la zona, un terrateniente malvado hasta decir basta, un enfermo mental depravado, cruel y perverso que se convertirá en el enemigo más acérrimo, más obsesivo y despiadado.Unos pocos desheredados de la tierra –un matrimonio de criados que huye de la maldad del amo, un pastor de almas y una niña gitana– serán la única ayuda de la que dispondrá el capitán, pero el drama está ahí de un modo abrumador y persistente.El cineasta Nikolaj Arcel camina por la senda del western a la danesa, feroz pero con concesiones al romanticismo. Retrata a un ser ambiguo enfrentado a su propio yo y al medio que habita, aunque la violencia sea lo que desarrolle una trama perfectamente hilvanada en una película sobria y austera, de carácter casi épico, de venganza y también de instrospección en torno a un hombre que, por encima de honores y efímera grandeza, puede llegar a entender que en la vida existen otras cosas mucho más profundas y necesarias.Una película poderosa donde Mikkelsen vuelve a brillar con luz propia. Toda una garantía que merece toda nuestra atención.