Furia de titanes
GODZILLA Y KONG: EL NUEVO IMPERIO
★★★✩✩
Lejos ha quedado en el tiempo aquel “King Kong” de 1933 dirigido por Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack. Él era el rey de Isla Calavera, pero después cautivo por los hombres en una clara revisión de “La bella y la bestia” en versión mastodóntica. Tan lejos como “Godzilla” –en japonés Gōjira– y conocida aquí como “Japón bajo el terror del monstruo” de 1954, dirigida por un realizador de culto como Ishiro Honda, que abrió las puertas al denominado kaijū o cine de criaturas gigantes empeñadas en destruirlo todo. Pese a que el gran Kong distaba mucho de la perfección en el apartado de efectos especiales y las ciudades que destrozaba el radioactivo Godzila eran maquetas bastante rudimentarias, atemorizaron al personal de varias décadas. Hoy día, los efectos especiales son técnicamente perfectos, una excelencia incontestable al detalle. De este modo tenemos a un Kong casi humanizado, con gestos y miradas inteligentes, incluso se puede convertir en el paciente de un veterinario para sacarle un colmillo que lo mortifica. Por su parte, Godzilla descansa y duerme enroscadito como un animal de compañía en el mismísimo Coliseo romano -no veas qué gracia-. Lo malo es que cuando despierta no deja puente en pie.Adam Wingard realiza una segunda parte de la que rodó en el 2021, y sigue fiel en dar espectáculo, aunque el papel de los humanos sea poco entendible e intrascendente y el peso recaiga en estos monstruos convertidos en héroes que se enfrentan del mismo modo que se alían para salvar al mundo que ya se han dedicado a destruir parcialmente.Wingard nos lleva a la Tierra Hueca, al interior de nuestro planeta donde habita una amenaza simiesca con traza de dictador. De este modo también nos familiarizamos con una especie de planeta de los simios, porque aquí todo cabe.Monstruos nuevos, tribus ancestrales que guardan secretos extraordinarios y ciudades arrasadas al paso y al choque de esas bestias combativas como Roma, Cádiz, Gibraltar, Rio de Janeiro o El Cairo, y no hablemos de las pirámides conservadas durante miles de años y convertidas en arena en segundos.Inteligentemente, la película no llega a las dos horas de duración. Eso la hace más llevadera en este invento de unir bestias tan dispares. Pero lo dicho, ¿quién recuerda de dónde vienen, cuál es su origen y la idea de quién los creó cinematográficamente?Y tal y como canta Jim Reeves al inicio de la película, Welcome To My World (Bienvenido a mi mundo), hay que decir que hemos ido y que ya hemos vuelto.