La que todo lo ve
CALLADITA
★★★★✩
Se les llama con nombres muy diversos: criada, sirvienta, empleada doméstica, mucama, chacha.. Muchos apelativos para esa persona dedicada a dejar casas ajenas como los chorros del oro. Un ser en muchas ocasiones invisible, que pasa de refilón por los espacios de la casa para no incomodar, y que en muchas ocasiones soporta con paciencia no pocas estupideces y caprichos de gente que, por un sueldo a menudo miserable, se cree con la autoridad de ordenar, sin tan siquiera mirar a la cara de personas que tienen una vida, sus propios problemas, su propia familia y sus deseos y anhelos más allá de fregar, barrer y sacar el polvo. Vamos, que merecen respeto.Calladita parte de un cortometraje filmado hace cuatro años por el catalán Miguel Faus, contando con Paula Grimaldo, y ahora extendido a largometraje para poder explorar un mosaico punzante y mordaz que gira sobre sí mismo y cuyo centro es esa criada para todo que vuelve a interpretar con credibilidad la actriz colombiana. Ana es una empleada que acompaña a una pudiente familia a su lujosa casa de la Costa Brava para pasar el mes de agosto a jornada completa limpiando y cocinando para esa especie de amos burgueses cuya gilipollez supina la tienen bien desarrollada. Al fin y al cabo, Calladita es una sátira sobre un estereotipo de gente dominante que se cree con derechos por el simple hecho de ser ricos sobre personas en una situación de necesidad de empleo.Ana todo lo ve, todo lo observa, las acciones y las exigencias. Su inocencia va adoptando ramalazos de rebeldía, algo que funciona in crescendo con esa gente que vive de cara a la galería, y que en su propia educación es fría y descortés.Hay desdén, abuso y poca empatía entre la sirvienta y la familia, algo que va encaminándose hacia territorios indóciles ya que la corrección inicial del grupo, conforme pasan los días, se convierte en la verdadera cara de cada uno de los miembros que lo conforman, miserables y falsos, algo que Ana sufre aunque su carácter dócil esconda una personalidad poliédrica.Una película que en cierta manera recuerda a La camarista, magnífica película mexicana de 2018 firmada por Lila Avilés sobre una empleada de un hotel con problemas debido al exceso de trabajo, que cree que todo cambiará a mejor. Igual que Ana, que espera recibir los papeles que la legalicen de manos de gente con mucha apariencia pero poco fiable. Calladita no es la mejor película del año, ni creo que lo pretenda, pero cumple perfectamente con lo que quiere mostrar y cómo lo hace.