En un mundo feroz

FURIOSA

★★★★✩

Hace ya más de 40 años que el australiano George Miller sorprendió a propios y extraños con una película bárbara en el sentido más literal de la palabra titulada Mad Max (1979), y que dio pie a una saga con dos entregas más que auparon al por aquel entonces desconocido Mel Gibson a una notable popularidad. Aquella trilogía era ya considerada de culto pero tenía un aire artesanal, elaborada con recursos diríamos que básicos pese a la evolución en cada una de las entregas. Y ahí quedaron, como joyas de un mundo distópico y cruel. Miller se tomó su tiempo y en 2015 volvió sobre sus pasos dirigiendo Mad Max: Furia en la carretera. Y quien tuvo retuvo. Este director ha sabido utilizar todos los avances tecnológicos y, dada su reputación, ha tenido un presupuesto holgado. Contó con una heroína tan áspera como intransigente con el rostro de Charlize Theron y el apoyo en encarnizadas refriegas del siempre solvente Tom Hardy. El resultado fue sencillamente espectacular.Miller había regenerado el mito, lo había puesto al día y, por mucho que nos pongamos exquisitos, no se puede obviar el enorme talento de este hombre para dejarnos pegados a la butaca frente a un aparatoso producto que te deja sin aliento.Por si todo esto fuera poco, ahora vuelve a sorprender con Furiosa: De la saga Mad Max, y lo hace a modo de precuela, atando cabos sobre el pasado de una mujer que fue una niña sacudida por un mundo deshumanizado, desquiciado y violento, gobernado por señores de la guerra totalmente desequilibrados y egocéntricos, peleando entre sí por la gasolina, la comida y el territorio severo y desértico, comandando oleadas de asesinos. Una niña que crecerá en el caos, que se hará fuerte entre tanta bestialidad y que se endurecerá como una superviviente hecha a sí misma, sin un ápice de conmiseración.La venganza planea durante toda la película. El guion entrelaza la historia para conocer todo lo que motiva a Furiosa, y esa fuerza de voluntad la convierte en una verdadera máquina que genera rabia interior.La actriz Anya Taylor-Joy cumple perfectamente su rol de mujer implacable que no olvida, y lo hace sola o en compañía de un aliado ocasional frente a un personaje ruin y endiosado, interpretado con mucha solvencia por Chris Hensworth.Sin duda, lo más destacable de esta entrega es su poderío visual, ese incontenible ritmo frenético que Miller insufla a su película, esas coreografías de la destrucción en escenas impetuosas a través de enconados enfrentamientos, en esa visión espeluznante de un mundo infernal donde es decididamente más probable morir que vivir.