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LA PROMESA DE IRENE

★★★✩✩

Después de que el cine en torno al Holocausto judío sea ya casi un género que guarda dentro de sí algunos títulos magníficos y su vez dolorosos y amargos sobre aquel genocidio, ¿qué más se puede decir que no sepamos?Las masacres, las persecuciones, los campos de exterminio, la crueldad, lo apabullantemente deleznable, y como luz guía, la toma de conciencia de héroes anónimos que ayudaron a salvar vidas, los llamados Justos entre las Naciones por el pueblo semita. Gente que lo arriesgó todo para que otros pudiesen vivir.La promesa de Irene parte de una obra teatral sobre un caso real que la canadiense Louise Archambault ha llevado a la gran pantalla. La historia de Irene Gut, una enfermera polaca convertida en ama de llaves de un oficial nazi que decidió ocultar en el sótano de la casa a un grupo de judíos.Lo original de esta historia de supervivencia es, sin duda, el hecho de realizar tal osadía, ese acto casi suicida que, sin embargo, esconde cierta lógica, ya que quién va a sospechar que en el mismísimo estómago de la mansión de un alto cargo alemán se pueden esconder judíos. Meterse en la guarida del lobo y sobrevivir.Cierto es que la película flirtea con el peligro, con la delación, con la posibilidad de ser descubiertos para propiciar giros de guion.Irene recibe algunos consejos de alguien que todo lo ve y nada quiere saber, ese que le aconseja que mire siempre hacia abajo, a sus pies, que solo piense en ella para salvarse de una continua pesadilla.La película logra un tono contenido en gran parte gracias a la aportación interpretativa de Sophie Nélisse que desprende grados de emotividad y decisión a la hora de asumir riesgos, y salvo en un par de escenas ciertamente terroríficas y atroces para recalcarnos quiénes fueron las bestias, quién protagonizó actos brutales e inhumanos que hielan la sangre, todo funciona con una tensión mesurada, incluso cuando una de las mujeres manifiesta su embarazo, creando una disquisición entre religión y moral en momentos de máximo riesgo.Tal vez cabe el pensar que La promesa de Irene podía haber ido más lejos, marcar con más fuerza ese rigor del miedo permanente, pero eso no empaña el mensaje que busca transmitir y el recuerdo a personas que merecen ser recordadas con esa famosa frase judía que nos dice que: Quien salva una vida salva al mundo entero.Unas palabras que, viniendo de quien viene, en estos durísimos momentos de locura y muerte, se la podrían aplicar a sí mismos.

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