That’s Entertainment
JOKER: FOLIE À DEUX
★★★✩✩
Definir “That’s Entertainment” es decir “esto es entretenido”, y desde que en 1953 se hizo popular gracias a una canción de la película The Band Wagon, de Vincente Minelli, ha marcado a través del tiempo y de no pocas versiones el espíritu del espectáculo. Joker: Folie à Deux asume esta función y rinde homenaje al tema pero se desmarca sustancialmente de la primera entrega aunque sin perder, incluso elevando su carácter de demencia, algo que su director Todd Phillips reanuda en el periplo de la vida del Joker, un personaje inclasificable y complejo encarcelado en un espantoso psiquiátrico a la espera de un juicio por los crímenes cometidos en su anterior paranoia cinematográfica.Phillips le ha dado una vuelta de tuerca a la historia de este villano con mayúsculas y lo ha convertido en un alma triste y taciturna. Un ser enflaquecido hasta convertirse en piel y huesos solamente, lejos ya de su energía enfebrecida, de su risa compulsiva que no aventuraba nada bueno en haberse erigido como adalid de la confusión y el desorden. Además, ha ideado Joker: Folie à Deux como un musical en el que clásicos standard americanos son interpretados entre realidad y ensoñaciones por Arthur Fleck, ese descarado personaje convertido ahora en un alma en pena con voz anodina, y por una Harley Quinn (Lady Gaga) mucho más peligrosa que él y con ramalazos de probada demencia pero con una voz maravillosa incluso cuando susurra.Este hecho se puede contemplar como un atrevimiento, como una osadía creando un nuevo modelo de monstruo más humanizado, como buscando la redención de este personaje a base de traumas, sufrimiento y soledades, que para unos merecerá aceptación mientras que otros lo verán como un insulto a aquel Joker cínico e implacable, aquella especie de rey del caos.Un criminal tan especial y juguetón, perfectamente definido en apariencia y estilo visual, aquí casi desaparece. Es como si al conde Drácula le hubiesen quitado los colmillos, que Freddy Krueger te desee felices sueños, que el monstruo de Frankenstein sepa álgebra o que Hannibal Lecter se reconvierta en vegano, perdiendo la gracia que los hacía singulares y únicos.De todos modos, existe en este duelo de seres marginados que protagonizan Joaquin Phoenix y Lady Gaga sus momentos rutilantes bajo una fotografía y una puesta en escena potente. Incluso la película tiene su incursión en el campo de la animación clásica con estilo de la Warner. Todo en un empeño por fabricar un puzzle pensado para desorientar o para crear una nueva mirada melancólica y desamparada sobre la verdadera e irracional identidad del malvado.