SEGRE

Creado:

Actualizado:

EL ARTISTA DEL CRISTAL (THE GLASSWORKER)

★★★★✩

Que una película de animación lleve consigo la marca de procedencia paquistaní, un país donde la industria dedicada a este tipo de cine es prácticamente inexistente –esta es la primera película animada en la historia de Pakistán–, es ya todo un logro digno de admiración hacia un joven realizador, Usman Riaz, que ha construido a mano, artesanalmente, un trabajo más que digno, incluso por momentos a un nivel superlativo, que le ha servido para presentar El artista del cristal en grandes festivales como Annecy o Sitges, teniendo en cuenta que esta producción ha sido elegida para representar a su país en la carrera hacia los Oscar. El artista del cristal se mueve por el territorio de lo tradicional. Utiliza una historia de amor a lo largo del tiempo entre un joven –que junto a su padre elaboran maravillas con el vidrio convirtiendo la simple arena en pura fantasía– y una adolescente hija de un coronel, muy dotada para la música, que sabe extraer belleza con su violín. Riaz promueve esta historia romántica de un modo inocente, marcando eso sí la diferencia de clases, los encuentros y desencuentros, los golpes del destino y el aura emocional de una historia de amor contra las adversidades. Si solamente la película se remitiese a esa especie de cuento de enamorados con reminiscencias de realismo mágico no tendría la necesaria fuerza para sobresalir, pero el director coloca dentro de la trama un conflicto bélico, una guerra que todo lo destruye, que rompe con cualquier visión idílica que hayamos tenido hasta el momento, aunque Riaz persista en devolver la esperanza para no dejar un regusto amargo sobre el mal que causan los conflictos bélicos, sobre lo que se pierde, sobre la devastación que provocan.Este cineasta con gran futuro no elude su entusiasmo hacia la animación japonesa. De por sí, sus personajes tienen ese sello indiscutible del anime, y aunque El artista del cristal no posea la extraordinaria técnica ni los medios de los míticos estudios Ghibli, algunas secuencias no desmerecen ante el estilo de sus maestros. La película bien puede encuadrarse en historias sobre los lazos afectivos en tiempos donde impera el horror, como en Cuando el viento sopla (1986), de Jimmy T. Murakami; La tumba de las luciérnagas (1988), de Isao Takahata, o El viento se levanta (2013), de Hayao Miyazaki. Películas de animación sobre el ser humano cuando ese mal que son las guerras dictadas por ogros rompen sueños y que, pese a todo, perduran en la memoria para demostrar que somos frágiles pero, sin duda, mucho mejores que los que las provocan.

Titulars del dia

* camp requerit
Subscriu-te a la newsletter de SEGRE
tracking