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A DIFFERENT MAN

★★★★✩

Una película nada convencional y donde muchos han coincidido que encuentran paralelismos con las dirigidas por Charlie Kauffman- véanse títulos como Adaptation, Synecdoche, New York o Cómo ser John Malkovich. La introspección, la originalidad, los giros de guion y sus singulares personajes tienen conexión con los creados por Aaron Schimberg para A Different Man, un ser apabullado por el miedo y la incertidumbre a causa de la enfermedad que padece, una neurofibromatosis que le ha desfigurado el rostro completamente -como el John Merrick de El hombre elefante dirigido por David Lynch en 1980-, y como aquel, siendo blanco de incómodas miradas e imposibilitado para convertirse en el actor que quiere ser. Se refugia en su pequeño apartamento neoyorkino con goteras, tan solo la nueva vecina aspirante a directora de teatro le despierta un sentimiento emocional que lo ayuda, algo que lo lleva a probar un tratamiento experimental que le ha de convertir en una persona físicamente normal, incluso atractiva. Esa metamorfosis marca un tono que ha de aportar el argumento real de la película, para entrar en la nueva vida del personaje. El amor hacia la vecina ahora puede convertirse en algo correspondido -ella ha escrito una pieza teatral basada en aquel deforme ser-, y aunque sea con una máscara, ahora quiere interpretarlo él mismo, pero la llegada de otra persona también con el rostro desfigurado por la enfermedad pero más vital, optimista y con carisma, creará tensión y celos. Una lucha interior que muestra que los traumas no desaparecen solo cambiando de fisonomía, y que pese a conocer las relaciones sexuales y el éxito laboral, lo inconveniente aflora, lo incorrecto, lo inoportuno, creando un trastorno de personalidad donde afloran sus complejos, su dramatismo, sus contrariedades, poniendo de manifiesto que no eran tan solo fruto de su anterior apariencia.Película curiosa, extraña en comportamientos propios y ajenos, en esas vueltas de tuerca a una historia que habla de los traumas visibles por la apariencia, y de otros más escondidos.A Different Man se mueve entre el drama y lo cómico y aporta algunos rasgos del cine fantástico, jugando a las identidades gracias a un muy buen trabajo del actor Sebastian Stan -nominado al Oscar por El aprendiz en torno a la figura de un joven Donald Trump- y de Adam Pearson, enfermo real de neurofibromatosis que, a pesar de su aspecto, ofrece las mejores escenas de optimismo a una película que te hace reflexionar, alejada de todo lo que es correcto y lo que no, y adornada con tintes muy negros.

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