En el corazón del valle
VERMIGLIO
Título original: Vermiglio. Año
Cine: Screenbox Lleida.
★★★★✩
Un buen amigo me prestó un libro excepcional, Mi Carso, del triestino Scipio Slataper, una de las obras capitales de la literatura italiana del siglo XX. Slataper, fallecido en combate durante la I Guerra Mundial con tan solo 27 años, narra su apego por la tierra, por su tierra, y lo hace de un modo transparente, entre lo amargo y lo dulce, agreste y acogedor, hilvanando diferentes estilos literarios para captar la profundidad de un texto que te atrapa y conmueve.La película Vermiglio es también una profunda mirada hacia un territorio y sus gentes, como un legado que ha ofrecido la directora Maura Delpero para que no se olviden otros tiempos y otras vidas. La historia nos traslada al municipio de Vermiglio, situado en un valle rodeado de montañas en la zona del Trentino-Alto Adigio a finales de la II Guerra Mundial, en un pequeño pueblo que vive las carencias de un tiempo severo, y se centra en la familia del maestro local, una familia numerosa que vive austeramente y en la que los niños tienen voz para decir esas verdades y esos secretos que los mayores esquivan. Vermiglio es un drama que no hace ruido, transcurre mostrando a cada personaje en sus silencios, en sus soledades, en sus sueños y deseos pese al deterioro que sufre ese círculo cerrado por los vaivenes de un tiempo de escasez y recelos. Una joven, Lucia, observa a su madre, que parece servir solo para traer niños al mundo y sin muestras de afecto por un marido culto, pero con las taras de un provincianismo feroz. Y al hermano, que ha regresado de la guerra y que ha traído a casa a un desertor siciliano que ha de cambiar todo el micromundo familiar. Un núcleo donde no parece suceder nada y ocurre de todo.La película está rodada con una belleza extrema. Existen planos austeros y paralizados en la delicadeza, en los que lo íntimo fluye en un drama rural, rústico y sin adornos, cargado de sutilezas y sensibilidad.Este es un cine italiano que recuerda a grandes maestros como el de Vittorio y Paolo Taviani y su Padre Padrone; como el de Ermanno Olmi y El árbol de los zuecos, con sus miradas hacia el naturalismo que habita en el medio rural, en sus gentes, en épocas que parecen contadas por los mayores a sus descendientes para que no desaparezcan, para que persistan en la memoria, como ha hecho la realizadora Maura Delpero, logrando con ello el Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Venecia. Sosegada y contenida pero narrada con maestría, con esa veracidad que desprende el amor hacia un territorio, hacia un lugar y hacia un tiempo doloroso e intenso en el corazón de un valle.