Sabor de boca magnífico

Uno de los platos fuertes de este Jazz Tardor lo constituye el gran saxofonista norteamericano Dick Oatts, uno de los mejores instrumentistas actuales. Director de la prestigiosa Village Vanguard Jazz Orchestra, ganadora reciente de un premio Grammy, el de Iowa es un intérprete dúctil y melódico que ha sabido conjugar de manera perfecta tradición y contemporaneidad, pues en su estilo ejecutivo conviven perfectamente influencias dispares como Thad Jones o Lester Bowie. Acompañado del trío perfecto que forman el pianista Barry Gren junto al tándem rítmico compuesto por el baterista irlandés Stephen Keoh y contabajista japonés Masa Kamaguchi, protagonistas fantásticos hace unos pocos días del primer envite de este mismo del Festival, el regalo sonoro que nos hizo fue de los de aúpa. Y es que pensar que este saxofonista ha trabajado con algunos de mis referentes musicales jazzísticos de siempre como las cantantes Sarah Vaughn y Ella Fitzgerald, un compositor y arreglista como Lalo Schiffrin o estrellas pop debidamente reinterpretadas como James Taylor o la banda Everything But the Girl, me pone muchísimo. La gran entrada que registró la sala fue la mejor ilustración de que el concierto de Oatts que nos esperaba podía ser de tomo y lomo, como así resultó, constituyendo la hora y media larga de buenísimo be-bop que nos regalaron los cuatro oficiantes, una experiencia magnífica. El repertorio escogido, unas cuantas piezas de su propia cosecha original sabiamente alimentadas con estándares de sus maestros formativos, nos dejó un sabor de boca magnífico y la sensación agradabilísima de haber escuchado a uno de los grandes.