CRÍTICADEMÚSICA
A corazón abierto
En otro encomiable esfuerzo del equipo de La Manolita por traernos a grandes figuras de nuestro pop, tuvimos la fortuna de poder ver a uno de los mejores solistas de este país como es Mikel Erentxun, excomponente del mítico combo de pop de San Sebastián Duncan Dhu. Por desgracia, su show contó sólo con media entrada de público al tener que disputar espectadores al Jazz Tardor (Barcelona Big Blues Band con el saxofonista Dani Nel·lo) y al Ponent Roots Festival (figuras internacionales de música negra como Greg Lee, Jesse Wagner o Uppetones). Así las cosas, Erentxun saltó al escenario de la coquetona sala local –como lo hiciera para su reciente álbum en vivo A corazón abierto– armado únicamente con un par de guitarras acústicas y su armónica amén, por supuesto, de esa voz suya única y considerada de las más características de toda su generación. En cuanto al repertorio, este unplugged sirvió para repasar la andadura en solitario del donostiarra y comprobar también que en lo que se refiere a su faceta de compositor de canciones, el bagaje obtenido hasta la fecha debe ser considerado muy meritorio por no decir excelente. A lo largo y ancho de la hora y media que nos deparó el show, pudimos disfutar de lo lindo con una selección de temas extraídos de álbumes como Naufragios, El abrazo del Erizo, Acróbatas, Te dejas ver, El corredor de la suerte, Detalle del miedo, 24 Golpes, Corazones o, mi preferido, su fantástico Ciudades de paso. Poca cosa pudimos escuchar de su etapa junto a Diego Vasallo, aunque lograron desmelenar de emoción a todos los presentes pues canciones como Cien gaviotas, Jardín de rosas, En algún lugar o Una calle de París.