CRÍTICADEMÚSICA
Fiel a la mejor tradición
Pese a ser considerado por la crítica y por un segmento mayoritario de público un músico de factura clásica que deambula con frecuencia por la senda marcada por los grandes de la trompeta de todos los tiempos, el californiano Jeremy Pelt es uno de los grandes del jazz actual. Tras afincarse veinteañero en Nueva York, a finales de los 90, no tardó apenas en destacar como muy prometedor instrumentista, cosa que le permitió fichar por la prestigiosa Mingus Big Band donde terminó de pulir una argumentación precisa e incisiva además de fiel a la mejor tradición. Todos estos años ha estado colaborando con grandes como Frank Wess, Ravi Coltrane, Ralph Peterson, Cedar Walton, Roy Hargrove, Frank Foster, Wayne Shorter o la versión contemporánea de la Duke Ellington Big Band, habiéndole sido reconocidas sus extraordinarias dotes por Down Beat, que le ha premiado en dos ocasiones como mejor trompetista del año. Entre la docena de discos a su nombre, todos excelentes, yo destacaría Identity (2005), November (2008), Water and Earth (2013), Face Forward, Jeremy (2014) y Tales, Musings and others Reveries (2015), que debemos sumar a un montón de intervenciones en discos de otros solistas. En Lleida, flanqueado por un combo de muy buen saldo artístico con el pianista Victor Gould, el drummer Jonathan Barber, la percusionista Jacqueline Azevedo y el contrabajista Vicente Archer, nos presentó Jive Culture, su más reciente trabajo, bendecido por una notable buena respuesta de público y un repertorio donde su suave y nada desmadrado be bop convivió sin estridencias con algunas baladas de alto lirismo e introspección.