CRÍTICADEMÚSICA
Sacando pecho
Estamos acostumbrados a que en este festival luzcan jazzmen de nivel medio-alto. Cuando se trata de músicos o cantantes contrastados, lo lógico es que los resultados de sus presentaciones musicales se salden de forma satisfactoria dejando a la afición jazzística local con el mejor de los sabores de boca posibles. En aquellos casos en que se trata de promesas, gente con talento innegable pero que quizás estén aún en estadio de evolución y pulido, el saldo puede ser más incierto aunque el hecho de que hayan sido seleccionados por Quadrant para participar aquí debería garantizarnos un buen disfrute. Lo que es también indudable es que este evento nos ha servido año tras año para descubrir a gente buenísima y que, casi sin excepción, cada edición esconde lo que popularmente denominamos “el tapado”. Pues en esta del 2016 también tenemos uno que se llama Óscar Latorre y que ha mamado jazz junto a prestigiosos profesores como David Pastor, Jorge Pardo o Matthew Simon. Dotado de una técnica envidiable y de un sonido propio, dulce, sutil y muy elegante, Latorre se nos reveló como alguien más maduro de lo que su DNI parece indicar. Nuestra felicidad fue total pues estuvo flanqueado por un trío magnífico de estupendos estilistas de sus respectivos instrumentos como son Toni Saigi al piano y Pedro Campos al contrabajo y, sobre todo, el baterista de Tàrrega Roger Gutiérrez, un artista que nos tiene absolutamente encandilados desde que lo descubrimos hace unos pocos años. El repertorio, un ramillete de composiciones propias que verán la luz en un disco en breve y que nos convencieron de que en esta faceta también puede sacar pecho este gran trompetista.