CRÍTICADEMÚSICA
Sensibilidad abrumadora
Como ya ocurriera con su estupendo disco anterior, The new age piano album (2013), para el que Antoni Tolmos optó por viajar a otro país para grabarlo en unas condiciones técnicas y ambientales de absoluta plenitud, para este Energy (2016) ha optado también por darse un paseo allende de nuestras fronteras. Si entonces buscó un buen refugio creativo en Inglaterra, en la presente ocasión su elección ha sido Italia, habiendo dado magníficos resultados pianísticos en ambas, a tenor de lo visto y lo escuchado en una y otra experiencias. El concierto en el Auditori Enric Granados nos sirvió para saborear por vez primera y en formato de riguroso pianoman las composiciones que llenan de contenido esa colección suya tan reciente, sin más aditamentos sonoros o escénicos que un elegante e íntimo juego lumínico. Lo más adecuado, quizás, para que todos pudiésemos seguir de la manera más atenta posible, e imperturbables, las evoluciones de nuestro, sin duda, pianista local más inquieto y de mayor proyección artística. Con este álbum son ya diez las entregas discográficas puestas en circulación por Tolmos, bagaje suficiente para medir, sin temor a caer en condescendencia alguna, su innegable buen hacer profesional y el grado de madurez alcanzado, que lo sitúan entre lo más destacable de nuestros creadores musicales. La verdad, disfuté mucho escuchando por primera vez y sin información previa ninguna gemas como Your Ocean, Second Chance, Memories, Ethnic Love, Road Togheter, Sigh no more, Where are the caresses? o Like a Bird, capaces de sumir en un trance placentero y casi orgásmico a cualquiera capaz de apreciar melodías de sensibilidad tan abrumadora.