CRÍTICADEMÚSICA
Perfecta simbiosis
La trayectoria en común que desde hace algunos años vienen protagonizando la cantante Tui Higgins y el pianista Xavier Monge ha logrado consolidar una fórmula musical fresca y divertida, compartida con los aficionados bien en directo o con algún registro sonoro disfrutable también en casa. Y es que proyectos variados y preciosos como los dedicados al compositor de musicales Harold Arlen (el de Over The Rainbow, ejemplo máximo de un songbook espectacular repleto de cientos de canciones brillantes); a la malograda cantautora madrileña Cecilia (aquella Evangelina Sobredo luminosa rara avis musical y equilibrista sin par en el gris tardofranquismo español), o a grandes songwriters americanas de los 70 (Roberta Flack, Joan Armatrading, Carole King, Laura Nyro, Linda Ronstadt, Buffy Sainte-Marie, Joan Baez, Carly Simon...) demuestran no solo su gran versatilidad y capacidad de adaptación desde el jazz a todo tipo de géneros, sino un gusto musical de rango muy elevado. Su reciente cita en el Antares sirvió para gozar de esa perfecta simbiosis que son capaces de crear cuando se unen la voz singular, sugerente, agradable, cálida, bondadosa y tan amigable de Tui y ese firme pulso pianístico de Xavi tan elegante y hasta relajante cuando uno cierra los ojos y se deja llevar por su dúctil maestría interpretativa. Los dos pases, que se consumieron sin apenas darnos cuenta, resumieron ese hermoso trabajo suyo juntos de estos últimos tiempos, demostrándonos de paso que, si se lo proponen, son capaces de sorprendernos con nuevas propuestas insospechadas. ¿Porqué no pop francés o italiano de los sesenta? Ahí queda el reto.