CRÍTICADEMÚSICA
Auténtico vendaval
Parda la liaron, sin duda, los barceloneses Sidonie en su regreso a Lleida. Y es que tras haber estado ausentes desde hacía cinco o seis años, su nuevo paso entre nosotros fue triunfal. En primer lugar, porque lograron colgar el cartel de todo vendido bastantes fechas antes del concierto. En segundo, porque pudieron aunar sus propios deseos y los del programador de la sala, que hacía tiempo trataban de trabajar juntos y hasta la fecha, por tal o cual circunstancia, no lo habían conseguido. En tercer lugar, porque ya era hora de que un espectáculo del trío sonara como merecen pues, en ocasiones anteriores, los diferentes espacios escénicos que los habían acogido no habían estado desde dicho punto de vista a la altura. El caso es que tenían muchas ganas de agradar y con ese objetivo se subieron al escenario como un auténtico vendaval, empezando a soltar guitarrazos y desgranando las canciones de su último super ventas, el aclamadísimo El peor grupo del mundo, eso sí, salteándolo con algunos de sus hits de álbumes anteriores como La Costa Azul, Fascinado, El Incendio, El Fluído García...
El público que llenó el local, que tenía unas ganas que se moría de disfrutar sin medida, se desmelenó desde el instante mismo de inicio del show y no paró de saltar, bailar y corear las canciones hasta que el espectáculo tocó a su fin, tras los consabidos bises y el grupo sudando la gota gorda. Visto lo visto, nuestra diagnóstico es que, tras veinte años de carrera y un envidiable bagaje discográfico sin grietas creativas ni interpretativas, debemos tener a los Sidonie como una de las mejores bandas de pop rock en español del país. Ni más ni menos, puro talento melódico.