CRÍTICADEMÚSICA
Libertad de los sentidos
Me encanta asistir a conciertos en los que no tengo, a priori, ni idea de lo que voy ver o escuchar. Casi por casualidad, me enteré de que el Dipòsit del Pla de l’Aigua había programado un espectáculo titulado Liquid Drone en seis únicas sesiones de 20 minutos, repartidas entre sábado y domingo. A sus inductores, el Col·lectiu Free’t, no los conocía con anterioridad; tampoco sabía qué tipo de performances son capaces de protagonizar; ni, lo más grave, que este grupo de artistas tan singular es de Lleida..., y yo en la inopia. Sí que es verdad –lo digo en mi descargo, tras documentarme a posteriori– que se prodigan poco entre nosotros y mucho lejos de aquí (se han presentado en muchos países más acostumbrados que nosotros a este tipo de manifestaciones), moviéndose en espacios inusuales y practicando un estilo musical muy poco conocido denominado música drone, que consiste en propuestas sonoras improvisadas en las que las notas, los acordes y sus masas y texturas sonoras se mantienen latentes más de lo normal en el ambiente. El caso es que un sitio único como el Dipòsit del Pla de l’Aigua, seguramente nuestro atractivo turístico más desconocido, resultaba perfecto para conciliar esta muestra de música drone con una caja de resonancia tan inimaginablemente perfecta y bella. Los treinta afortunados de cada una de las sesiones disfrutamos de una actuación única con varios miembros de Free’t componiendo e interpretando su música en riguroso directo, bajo un enigmático juego de luces y dando rienda suelta a nuestra imaginación con esta manifestación artística que le invita a uno a soñar y a vivirla en absoluta libertad de los sentidos. MA-RA-VI-LLO-SO.