Tocando el cielo

M

agnífica iniciativa del Jazz Tardor de guardarse una bala en la recamara para estos días festivos y dedicarla al gospel, ese género híbrido tan apropiado para la Navidad y que suele entusiasmar a toda clase de gente, piadosa o no. El caso es que, más allá de esa cantidad industrial de formaciones vocales que tanto proliferan hoy en día, surgidas a partir del éxito televisivo de reality shows como Oh Happy Day -que lo que hacen, miméticas unos de otras, es ejecutar efectistas ejercicios polifónicos a partir de cualquier pieza pop conocida, con algún espiritual para no desentonar del todo del título que ha inspirado el programa- nos es posible disfrutar aún de formaciones mucho más fieles a la esencia tradicional del gospel. Suelen visitarnos de vez en cuando algunos muy buenos conjuntos americanos, cuyas señas de identidad son incuestionables y que saben conjugar a la perfección los imprescindibles elementos musicales de las celebraciones religiosas que los vieron nacer, con otras músicas afroamericanas hermanadas durante décadas como el blues, el jazz e incluso el funk. También, muy de tarde en tarde, combos de origen africano provenientes de países en los que el sincretismo religioso y el folklore también ha sabido unirse de forma magistral para producir interpretaciones bellas, pero de lo más espiritual. Originarias de Ghana pero afincadas en Catalunya desde hace años, las tres hermanas Sey obsequian a sus seguidores con un espectáculo optimista y lleno de positividad musical donde proclaman su amor por la fraternidad y la libertad que todos los pueblos merecen.

En esta ocasión, escuchamos un repertorio gospel modélico rociado con varios christmas songs, sus tres maravillosas voces empastadas en estado de gracia, y luciendo un color y unas texturas que nos hicieron tocar el cielo a todos.