CRÍTICADEMÚSICA
Mujeres de armas tomar
Francamente entretenido y divertido nos pareció este espectáculo puesto en pie de forma admirable por la actriz María Molins y la pianista Bárbara Granados con la colaboración de Dick Them y Miguel Malirach, músicos también. Guardando puntos comunes con el music-hall y esos shows picantes que marcaron época, alegrando a los espectadores del Paralelo barcelonés, con El Molino como punto neurálgico, este CabaretA, con la necesaria actualización observada, presenta a dos mujeres de armas tomar en duelo frente a esta actualidad, llena como antaño, de situaciones canallas. Y es que en estas épocas de cuestionamiento necesario de casi todo, en las que la sociedad, por fin, ha comenzado a romper moldes alumbrando desde la oscuridad situaciones vergonzantes para las mujeres -que se han visto obligadas a estar tragando lo que no está escrito, para sacar la cabeza, soportando vejaciones y abusos del otro sexo- se agradece una propuesta valiente en la que las dos personalidades fuertes que la protagonizan, no solo NO se amilanan, si no que se alzan con voz cantante alta y reivindicativa. La trama, varios sketches creados ad hoc para la ocasión, se ha inspirado en la aportación artística de gente como Mary Santpere, Maria-Aurelia Capmany, Guillermina Motta o el gran Pavlovsky, pero haciéndolo cuadrar todo perfectamente bien. Molins y Granados, que han escrito y compuesto la mayoría de las canciones (se oyen también adaptaciones de Piaff o Queen) logran poner a parir, con glamour eso sí, desde el machismo a la corrupción política, pasando por el cinismo reinante y la homofobia, o esa excesiva vulgaridad y mala educación que ahora lo impregnan todo.